Medio: El Deber
Fecha de la publicación: miércoles 06 de junio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Salir de la actual
crisis política boliviana, signada por una deriva hacia el hegemonismo
autoritario, exigirá el funcionamiento de partidos sólidos y estables,
que a su vez puedan contribuir a la reconstrucción de la
institucionalidad.
Por eso nos parece un poco apresurada la
discusión sobre cuál debería ser el candidato presidencial que le
dispute el poder al Movimiento Al Socialismo. El primer desafío es
construir partido, estructuras de participación con una amplia extensión
territorial y densidad organizacional, con capacidad de movilización y
de control electoral.
Miremos hacia el mundo y veremos que la
normalidad democrática es la existencia de sistemas de partidos que
seleccionan a sus candidatos, mientras que el aglutinamiento más o menos
espontáneo en torno a un postulante providencial es la excepción.
Bolivia
necesita un partido con ideología y proyecto, y por primera vez en la
historia esa fuerza se está expandiendo a escala nacional desde Santa
Cruz. Hay un instrumento político cruceño en crecimiento, con objetivos
de libertad y desarrollo para todo el país.
Sigamos trabajando en el
fortalecimiento de esa estructura, incorporando a los mejores
profesionales, elaborando propuestas programáticas y dialogando con los
diferentes sectores sociales. No hay lugar para la improvisación si
queremos reconstruir la democracia.
No caigamos en la tentación,
funcional al MAS, de la dispersión de esfuerzos en agrupaciones
improvisadas pocos meses antes de la elección. Construyamos partido y el
candidato vendrá por añadidura.