Medio: El Deber
Fecha de la publicación: miércoles 06 de junio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Ahora, las mentiras políticas ya no son solo de los
funcionarios a cargo de la propaganda oficial, sino también de quienes
encabezan gobiernos autoritarios. Además, se advierte que hay varias
clases de mentiras con intenciones políticas: por ejemplo, atribuirse, o
atribuir al jefe, logros inexistentes; culpar a los opositores de
atentar contra el pueblo al aliarse con supuestos enemigos de la patria
-especialmente con el llamado “imperio”-, y afirmar que la disidencia
sabotea, con fines golpistas, los planes del Gobierno. Esto no es todo:
las mentiras también afloran cuando se pretende justificar conductas
violentas desatadas para acallar justas demandas.
En esto de
mentir, hay aventajados reincidentes. Un solo ejemplo: el presidente
venezolano, Nicolás Maduro, aseguró el 16 de enero que su Gobierno
“superó la meta de atención de salud al 100% en ocho estados”; y que
“…en Venezuela la industria farmacéutica tiene capacidad para producir
todo lo que necesita”; esto precisamente cuando es ostensible que los
hospitales de ese país están en condiciones desesperantes.
Otra forma
es ofrecer lo improbable. El presidente de Bolivia, al inicio de su
gestión, afirmó que "estaremos mejor que Suiza en 10 o 20 años", y que
durante su presidencia no habría “ni un solo muerto” por causas
políticas, y ya son más de 80 las víctimas fatales por la represión y
los enfrentamientos sectarios. Por otra parte, los fanáticos llegan a
creer que la mentira se convierte en verdad solo porque el embuste
proviene del caudillo que ejerce el poder. Y entonces amenazan, y ya es
corriente que estos defensores del oficialismo -entre ellos, sectores de
cocaleros- declaren “personas no gratas” a los que defienden la verdad y
la legalidad, suponiendo que está vedado exigir el cumplimiento de lo
que resuelve el pueblo en las urnas, como sucedió con el referendo del
21 de febrero de 2016, y niegan que se trata de defender la vigencia de
las libertades democráticas. Mientras tanto, a seguir mintiendo…