Las dos campañas que avanzan desenfrenadas hacia la Gobernación, al margen de la del MAS, son la de Adrián Oliva con Todos y Óscar Montes con UNIR. Ninguno descarta alianzas con otras fuerzas, tampoco cambiar la sigla. El resto de los partidos que se sentaron a la mesa de Los Ceibos el 25 de noviembre van decantando por unos o por otros.

En términos futboleros, se va conformando una especie de “selección sub 50” y de “selección post 50”, pero con excepciones, como si de equipo olímpico se tratara, para acomodar las estrellas. Unos y otros prometen renovación y se presentan como solución. Unos y otros llevan muchos años en política, aunque unos más y otros menos por propio sentido biológico de la misma. Los asesores de unos y otros les repiten que aunque en las redes la gente pida “políticos nuevos”, luego nadie vota a los que no conocen.

Montes, el patrón

El capitán de la post – 50 es Óscar Montes. El 15 años alcalde de Cercado se alejó de la primera línea en 2015 dejando a Rodrigo Paz en su cargo. Alegó acoso judicial. Tardó poco en volver a la palestra precisamente para fustigar a su “delfín”, que al parecer había dejado de obedecer órdenes – cada uno lo cuenta a su manera -. En 2015 frustró su salto a la Gobernación, salto que ha retomado en esta oportunidad tal vez con menos ganas que entonces, pero con más obligaciones.

Montes ha perdido una enorme cantidad de aliados de UNIR en estos cinco años de guerrilla continua por sobrevivir. Rodrigo Paz fue el primero, y en aquel embate se fueron Germán Hoyos, Diego Ávila y también concejales como Francisco Rosas o Cira Flores. Hace unos pocos meses también peleó con quien se había convertido en su lugarteniente, Víctor Hugo Zamora, que se convirtió en ministro de Hidrocarburos del Gobierno de Jeanine Áñez – Montes respaldó aquello -. Montes y Zamora estuvieron también en el lanzamiento de la candidatura de Áñez, aunque finalmente Montes se retiró fulminando de la ejecutiva de UNIR a Zamora, que era presidente, y también a otra de sus firmes aliadas, Ginna Torres.

Con todo, no está solo. Su gran aliado en este embate es Johnny Torres, que se adelantó a lanzarse a la Alcaldía de Cercado y cuyos rendimientos en las encuestas en la capital están tas con tas. Unos dicen que simplemente le cerró el paso al exalcalde. Muy cerca de Torres han trabajado en esta legislatura los cuadros de Unidad Nacional, básicamente César Mentasti, y el apoyo “logístico” que puede brindar Samuel Doria Medina nunca es menor.

El bloque lo completará Camino al Cambio, salvo cambio radical de última hora, lo cual es posible pues se negocian cargos, pero también relatos y formas de presentación. Para Cossío, convertirse en furgón de cola de Montes, con quien tuvo una larga rivalidad en los 90 y 2000, no es fácil. Finalmente parecen haberse impuesto las tesis de Mauricio Lea Plaza, quien se quedó en Bolivia para sostener precisamente las siglas de Camino al Cambio y que no tolera una reedición de la alianza de 2015 con Adrián Oliva, a quien califica de “traidor”.

Oliva, el jefe

En el bloque sub 50, la candidatura de Adrián Oliva no se discute, pero sí su complementación. Oliva fue Gobernador con 36 años, pero antes ya había sido diputado por Convergencia Nacional, asesor de Mario Cossío y fundador de Camino al Cambio y Viceministro de Régimen Interior con Carlos Mesa a sus 23 años. Toda una vida en política, ciertamente.

El núcleo duro de Oliva es pequeño, lo que le da mucho más margen a la alianza. Además, en los años como Gobernador ha forjado amistades en provincias que le suman al perfil diferencial con Montes. En el Chaco cuenta con Wilman Cardozo y Mario Cavero, dos de los pocos que se salvaron de la “cosecha” del MAS en los buenos años.

También ha forjado enemigos. Fue elegido para liderar Unidad Departamental Autonomista pero nunca contempló compartir el poder con el resto de los miembros de la alianza. Otros creyeron que sí. Cuando negó tutelas la alianza naufragó.

En la primera parte de la precampaña, Oliva se ha dedicado a sumar apoyos de sectores sociales y colectivos que le han “sugerido” volver a postular: gremiales, paceños del Chaco, deportistas, asociaciones de enfermos, etc. En la fase actual, ya inaugurando casas de campaña, se empiezan a sumar nombres propios: El concejal Francisco Rosas, Dalmiro Cuéllar, etc. Es un hecho – falta oficializar – que se sumará Alfonso Lema como principal apoyo.

En el alero está Primero la Gente de Rodrigo Paz, que suma más bien poco pero es la marca de Carlos Mesa en Tarija, que ganó en octubre con el 50% de los votos. También se esperan pasos de Demócratas, el FRI y Sol.bo, además de otros liderazgos en municipios y provincias.

Ni unos ni otros oficializan su “vice”

Por primera vez, Tarija elegirá un binomio para la Gobernación, es decir, Gobernador y Vicegobernador. Hasta el momento ni Montes ni Oliva han dado demasiadas pistas sobre quién será su aliado y tampoco ninguno de los tres precandidatos del MAS.

Se barajan tres dicotomías para el perfil que ayude a ganar votos: Chapaco – chaqueño; hombre – mujer; clase media – sector popular. Sobre eso se realizan diferentes combinaciones que complementen el perfil que ofrecen Montes y Oliva.