“Creo en términos generales que necesitamos una renovación”, dijo el exmandatario en una entrevista del programa “No Mentirás” de PAT donde insistió en plantear una “renovación generacional” como una tarea imperativa para este tiempo, tomando en cuenta el actual escenario político donde se impone una sola candidatura: la de Evo Morales, que a la vez es la más cuestionada porque impera su presencia a pesar del rechazo popular reflejado en el referéndum del 21 de febrero de 2016 y el mandato de la Constitución Política del Estado (CPE).

Y, frente a él, hasta la fecha no se presentó ningún líder opositor con la suficiente credibilidad o fuerza política que garantice un cambio de mando democrático porque los actuales líderes políticos de la oposición no tienen la suficiente legitimidad que garantice el respaldo de la sociedad.

“No puede ser posible que no seamos capaces de construir candidaturas de muchachas o jóvenes de 35, 40 o 45 años que puedan decirnos realmente que somos presente y somos futuro”, dijo Mesa.

La construcción de un nuevo liderazgo, para el exmandatario, involucra también el planteamiento de una transformación ideológica que enfrente el populismo y el caudillismo del Movimiento al Socialismo (MAS) que tiene como único y eterno líder a Evo Morales quien en seis meses cumplirá 13 años continuos en el Gobierno y, según sus bases, futuro candidato a la Presidencia.

INSUFIENCIA DE LIDERAZGOS

“Es una insuficiencia grave de quienes creemos que hay que transformar el país y cambiar el liderazgo, el creer que el liderazgo en sí mismo es el que cambia el país. Y en efecto, un candidato, o una candidata, no resuelve nada si no hay un discurso con contenidos, si no establecemos la recuperación de un valor ideológico distinto y transformador”, dijo Mesa en el programa de debate “Fósforo y Gasolina” conducido por María Galindo de radio Deseo.

Mesa explica el caudillismo y populismo en el que está envuelto el gobierno boliviano como la “construcción de una imagen paternal, semidivina, perfecta, que es el alfa y el omega de un proceso político que representa e identifica la revolución y que te permite construir un mito a partir del cual tú dices: ‘este bienhechor es el único que a mí me puede garantizar aquello que yo estoy recibiendo”.

Para la estabilidad del este modelo ideológico de más de una década, Evo Morales, llegó al poder en un momento en que Bolivia atravesó una etapa económicamente muy alta con los elevados precios de los hidrocarburos y minerales en el mercado internacional. “Es muy importante entender que el presidente Evo Morales ha podido hacer lo que ha hecho porque ha vivido la mayor abundancia de la historia del país”.

DEFENSA DE LA LEGALIDAD

La construcción de una nueva ideología con un nuevo liderazgo para el país también debe estar acompañada de la defensa de la legalidad frente a la imposición de una sola persona que pretende anclarse definitivamente en el poder, plantea Mesa, quien subraya que el respeto a la ley en un gobierno democrático es fundamental.

“Tenemos que combatir la ilegalidad de una candidatura que no responde a la ley y que la ha vulnerado y que se ha burlado del 21 de febrero de 2016 porque esa es una forma de combate del caudillismo populista”, dijo Mesa en el sentido de que la lucha por la legalidad debe ser constante.

“En la hipótesis de que se pierda esa batalla hay que asumir que quien proponga un cambio y que quiera derrotar en una elección a quien ha vulnerado la legalidad debe establecer – no el principio del anticandidato - sino el principio del programa de acción que demuestre que Bolivia puede cambiar con una ideología distinta de la que tuvimos en el pasado”, afirmó.

“Creo firmemente en dos cosas: en la construcción de un modelo legal que limite el poder, que sea objetivamente limitante del poder. Este es un elemento clave. Segundo: la construcción de instituciones sólidas que sustituyan a la persona. La persona no es la institución. La institución pasa por delante de las personas”, subrayó.

Todos estos planteamientos de Carlos Mesa como expresidente los hace en un escenario donde el país, desde su perspectiva está “profundamente polarizado” e identifica un responsable; el actual Mandatario. “El presidente Morales polariza a Bolivia”.

En caso de que la iniciativa de un cambio ideológico, con nuevo liderazgo no se concrete, la polarización que vive el país, producirá la concentración del voto y no por una causa o líder creíble, sino en contra de quien busca eternizarse en el poder y como una forma de rechazo y de protesta.

“Ese hecho lleva a que el votante boliviano el 2019, cualquiera que sea el candidato o la candidata que tenga mejores opciones electorales frente a Evo Morales, va a concentrar el voto aunque no le guste al votante. ‘Juan Pérez, mira, me parece que no tiene nada, no funciona, no da, pero yo quiero que el presidente Evo Morales se vaya y yo voy a votar por ese señor”, ejemplificó Mesa.