Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: domingo 03 de junio de 2018
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Problemas de gobernabilidad
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La semana oficialista de los dolores de cabeza empezó con las revelaciones de corrupción en las obras construidas para los Juegos Suramericanos; le siguió la inauguración de los mismos, que se efectuó ante un estadio colmado de público que incomodó a los oficialistas por la aparición intermitente del cántico “Bolivia dijo no”.
La noche colmó con la intempestiva salida del mandatario a “acompañar” a su homólogo de Paraguay por “razones protocolares”, dejando a la audiencia sin discurso presidencial inaugural.
A las pocas horas, el gobernador Iván Canelas reaccionó a las barras sacando a relucir aquello que siempre fustigó el MAS: tintes racistas y hasta separatistas que ocasionaron ronchas a gran parte de la población, especialmente opositora.
Le sigue la marcha de estudiantes de la UPEA, que además de una pérdida humana devela el uso de canicas en las represiones sociales; un hecho negado enfáticamente por el Gobierno, que despertó el hastío de los pobladores de El Alto, -uno de los bastiones del MAS- que se puso en pie de guerra exigiendo verdad y justicia.
El movimiento dejó perplejos a los bolivianos y en silencio al ministro Romero que había lanzado hipótesis “inducidas”, que finalmente tuvo que reacomodar ante el reto de un policía perito que invitó a debatir los resultados.
La yapa podría ser la controversial candidatura de Nardy Suxo a la CIDH.
Pero hubo más...
La aparición de nepotismo descubierto entre la ministra de Salud Ariana Campero y su hermano, aguó la renuncia programada de la embarazada.
A esto le suma la exigencia, de parte de la población, que pide la renuncia del ministro de Gobierno, o al menos la del comandante policial. Pues las versiones lanzadas en la última conferencia de prensa explicando la arremetida de un agente policial con armas, municiones y acciones autónomas e independientes teje más dudas en la veracidad de los resultados de la investigación presentada. Igual que la primera hipótesis del disparo de un petardo letal realizada por un supuesto estudiante.
Para colmo, el imperialismo lanza el veredicto de su juez, en el Norte, desestimando la culpabilidad del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada y su mano derecha, el exministro Carlos Sánchez Berzaín, en el juicio que llevan a cabo los familiares afectados por las acciones de La Paz.
Y aunque parezca suficiente, la semana que viene podría ser más complicada: se vislumbra un paro alteño profundamente dolido y anudado, al que podría sumarse el movimiento de los mandiles blancos.
¿La renuncia de Romero calmará las aguas? Difícil saberlo. Todo indica que el ciclo de enamoramiento entre la población y la propuesta del MAS está en una fase de divorcio que podría llegar muy pronto a la madurez.
No por nada las ansias de perpetrarse en el poder están negadas en nuestra carta magna. La gente pide respeto a la Constitución y al referéndum del 21-F.
Luz Marina Canelas Arze
Directora de Los Tiempos