“Muestra la musculatura política”, observa la analista Erika Brockman; “garantiza la gobernabilidad”, añade la exsenadora y analista Carola Arraya. En tanto, la exdiputada Jimena Costa ve un riesgo de unipartidismo que lleva a una deficiente fiscalización.

“Si no se potencia un sistema de partidos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas desde el nivel local para la próxima elección, habremos acabado de pasar de un sistema multipartidista que se volvió bipartidista polarizado, a un sistema unipartidista”, señaló en una columna publicada en Los Tiempos.

Las tres analistas coinciden en que el MAS es el único partido con estructura nacional sólida para tener candidatos en todos los municipios y gobernaciones. Es muy probable que gane en las provincias, pero hay una fuerza especial en el eje y que se resiste al partido desde los comicios de 2015.

El MAS ganó seis de las nueve gobernaciones; La Paz, Tarija y Santa Cruz fueron para el bando opositor, cada uno para un partido diferente. Estas victorias representaron el 67 por ciento de los votos totales, según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la analista Costa.

A esto se suma que las asambleas departamentales tienen una importante predominancia de asambleístas azules en la gestión que finaliza. En este periodo el MAS consiguió 54 de 104 asambleístas por población y 107 de 144 territoriales.

Esto representa más del 60 por ciento de poder en los entes fiscalizadores.

En los municipios, el MAS consiguió 227 de 339 en 2015, que representa el 67 por ciento de las jurisdicciones del país. Sin embargo, no logró las capitales con mayor población como La Paz y Cochabamba. Según las analistas, conseguir las capitales de departamento implica un escenario político y de fiscalización diferente al resto del país.

“Es una lógica diferente al momento de elegir a las subnacionales, porque se suele buscar a alguien más en contacto con los problemas de la gente y no tanto de lo ideológico (…) Ganar en las ciudades es importante porque es un voto crítico, que no está dando un cheque en blanco a las autoridades y demanda rendir cuentas”, observa la analista Brockman.

En tanto, la exsenadora del MAS, Arraya, considera que para el partido de gobierno ganar municipios y gobernaciones permite gobernabilidad. Las entidades autónomas regionales suelen ser más operativas por su cercanía con la población.

“Es importante conseguir la mayor cantidad de alcaldías y gobernaciones para la gobernabilidad. Genera una relación directa e importante para el tema de recursos (...) Las alcaldías tienen más recursos y se debería intentar dar respuestas a los problemas estructurales de las ciudades”, añadió Arraya.

Al contrario, Brockman ve una posibilidad de oxigenación y un mayor ejercicio democrático en la pluralidad. Empero, considera de vital importancia que no exista un chantaje a las regiones de parte del gobierno nacional.

“El Gobierno central tiene que ser consecuente con las autonomías y no centralizar como hizo el expresidente Evo Morales. Debe hacer las transferencias que deba hacer sin mirar las afinidades políticas. En las elecciones de 2015, ciudad que no votaba por el MAS era muy difícil conseguir grandes inversiones”, señala Brockman.

Estas prácticas no se disimulaban, sino que se expresaban abiertamente. Así lo hizo el exvicepresidente, Álvaro García Linera, en marzo de 2015. En un discurso dijo que los recursos serían para los municipios que voten por el MAS, lo cual es considerado como un condicionamiento del voto.

“Y aquellos municipios donde perdamos, ni modo, será la decisión de las personas, la plata de ese municipio, que era del Evo Cumple y de otros proyectos, la vamos a llevar a los municipios donde sí hemos ganado, ahí va a haber doble, triple inversión (...) Solamente en los municipios donde el MAS gana, ahí vamos a venir a trabajar, a hacer obras, a hacer hospitales, a hacer carreteras”, dijo en ese entonces.

Este tipo de discursos incluso debía ser sancionado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) por chantajear al votante.

 Las tres analistas coinciden que el MAS podrá ganar en los municipios y provincias rurales, pero la pelea estará en las capitales del eje.

“Es donde realmente se ejercita la democracia y se demanda a las autoridades un cumplimiento. Se ratifican cuando se ve un buen desempeño como Santa Cruz (...) Son muy importantes las subnacionales porque oxigena y permite dar un contrapeso al Gobierno central y asegura el pluralismo”, finalizó Brockman.

Agrupaciones

Para estas elecciones hay ocho partidos políticos que pueden presentar candidatos, pero también existen unas 200 agrupaciones ciudadanas registradas en todo el país.

Estas agrupaciones son consideradas de cierto riesgo, según la analista Arraya, pues a veces son circunstanciales y luego sólo queda una persona electa que muchas veces no responde a una representatividad.

Según Arraya, una agrupación funciona cuando existe un respaldo nacional, como es el caso de Sol.Bo. Sin embargo, la situación es contraria cuando las agrupaciones son coyunturales.

“Por ejemplo, esta agrupación Único tiene un solo concejal y una sola asambleísta. No estoy criticándolos, pero cuando pasaron las elecciones, la agrupación se disolvió y prácticamente quedaron ellos operando por su cuenta. Cuando se tiene un respaldo nacional se actúa según la representatividad y es la misma gente que pide cuentas”, dijo Arraya.

Las tres analistas coinciden en que existe una fragmentación de la sociedad en partidos y agrupaciones, pero sin que exista una verdadera pluralidad, porque la mayoría de las jurisdicciones sigue en manos del MAS.

“El sistema de partidos sigue en crisis y el MAS es el único partido de estructura nacional fuerte. Si no se potencia un sistema de partidos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas desde el nivel local para la próxima elección, habremos acabado de pasar de un sistema multipartidista que se volvió bipartidista polarizado, a un sistema unipartidista. Muy mala idea para un país pluri-multi”, finalizó la analista Jimena Costa.

EL MAS PRETENDE “BLINDARSE”

El expresidente de Bolivia y presidente del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, indicó que una de sus metas es ganar por lo menos siete gobernaciones y 300 alcaldías en las elecciones generales para “blindarse” y proteger su proceso de cambio, dijo en un ampliado.

“Una de las tareas que tenemos para defender nuestro proceso de cambio es ganar la mayor cantidad de gobernaciones y alcaldías de Bolivia. Mínimo hay que ganar siete gobernaciones y 300 alcaldías, es el mejor blindaje para defender nuestro proceso”, dijo.

EL EMPADRONAMIENTO  MASIVO EMPIEZA EL JUEVES

REDACCIóN CENTRAL

El jueves 3 de diciembre comenzará el empadronamiento masivo en todo el país. Quienes cumplan 18 años hasta el 7 de marzo de 2021 deben inscribirse para votar en las elecciones subnacionales.

Esta actividad durará sólo dos semanas, hasta el 17 de diciembre. Las autoridades electorales piden a la población acudir a tiempo para evitar aglomeraciones y largas filas en los puntos que se habilitarán.

“Pedimos a la gente que no lo deje para último momento. El plazo es impostergable y no se va a ampliar más allá de las dos semanas. Pedimos a la población que sea responsable”, manifestó el presidente del Tribunal Electoral Departamental, Humberto Valenzuela.

Asimismo, hasta el 18 de diciembre, las agrupaciones deben inscribir a sus candidatos y presentar los programas de gobierno. No existen registros hasta el momento.

“Ninguna alianza u organización se registró aún oficialmente en Cochabamba”, detalló el presidente del TED.

Recordó que todas las alianzas que participaron de las elecciones nacionales pueden participar en estos comicios. Las únicas dos excepciones son Juntos y Libre 21, que solicitaron la disolución de sus agrupaciones.

Tome en cuenta estas fechas para no verse sorprendido con el agotamiento de los plazos. Valenzuela indicó que no va a haber una ampliación de tiempo para ninguna de las actividades del calendario electoral.