Medio: El Día
Fecha de la publicación: lunes 04 de junio de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Porque todo cambia. Ya no es suficiente esas prácticas usuales de los políticos de congregar a miles de personas e invitarles un vasito de “culipi”, un churrasco o una patasca, si no que hay que llegarles directo al corazón, por medio de ese bichito tecnológico que ya casi nadie deja de mirar: el celular.
“Estamos asistiendo al fin de las campañas, tal y como las conocemos”, dice el argentino Mario Riorda, uno de los expositores en el primer encuentro latinoamericano de comunicación política que se desarrolla en el hotel Camino Real, con más de 20 expertos.
Tampoco ya es tan elemental salir todos los días en los medios de comunicación social tradicionales: radio, televisión, periódicos y revistas, pues basta “guasapear” o twitear un video, una fotografía, una frase o un “meme” a los contactos, para que este se viralice y genere una serie de reacciones en cadena.
¿Cadenas?, Y que se prestan también para burlarse de algunos hechos, no solo políticos, sino de adoctrinamiento religioso que se pretende hacer también por las redes.
Hace poco un amigo mandó por “guasá” la fotografía de la cadena de su bicicleta con un texto que decía: “recibo tantas cadenas que he decidido mandar la mía y puso la interrogante, ¿a ver si se acuerdan de ésta?”, como una forma de ironizar este tipo de campañas.
O, en ejemplos recientes, cómo el gobernador de Cochabamba, Iván Canelas, tuvo que pedir disculpas a Santa Cruz, luego de haber dicho que “ningún cruceño podía ir a decir Bolivia dijo No” o el tema de las 70 mil neuronas de las que se jacta tener el Vicepresidente Álvaro García Linera, y en fin, el caso de una supuesta cholita humillada en un micro, que luego se descubriría que fue un spot armado por afines al partido en función de gobierno.
Porque se han viralizado hechos vinculados a casos de corrupción o enredos político-amorosos como el Caso Zapata, entre otros, el gobierno de Bolivia decidió capacitar a 500 “guerreros digitales”, así fueron bautizados, los primeros 80 que egresaron, justamente para, en forma gratuita y sin cobrar nada de sueldo, contrarrestar los mensajes opositores en las redes.
“Es la tecnopolítica que ha descubierto nuevos territorios y geografías en lo social”, es decir la acción, comunicación y en parte la gestión política a través de la tecnología, dice el docente español y experto en marketing político, Antoni Gutiérrez Rubí, otro de los expositores en el encuentro, con temáticas en las que se analizan cómo las redes son las nuevas trincheras de la política.
Se trata del uso de la tecnología de proximidad, la de los dispositivos personales: móviles, computadoras, tabletas. Una tecnología extraordinariamente potente, flexible, amigable y versátil”, describe Gutiérrez Rubi.
Porque todo está en las redes, hasta nuestros secretos más íntimos que también pueden ser usados por los políticos, como ha ocurrido en la campaña del actual presidente norteamericano, Donald Trump y que han obligado a que Europa implemente nuevas normas que las redes sociales deben cumplir para evitar que esto vuelva a suceder.
Y ese también es otro riesgo a los que nosotros contribuimos, tal vez, de manera inocente, sin saber que en las redes, hay una guerra sin cuartel, en la que importa solo ganar y ganar.