Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 22 de noviembre de 2020
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Judicial
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El 20 de octubre, a las 19:50, la entonces presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE) María Eugenia Choque dio a conocer los resultados preliminares al 83% de actas verificadas. Según esos datos, se perfilaba una segunda vuelta entre Evo Morales y Carlos Mesa. No obstante, el TREP fue paralizado y cuando un día después reanudaron el sistema, Morales lograba la diferencia suficiente para no ir al balotaje.
Según el informe de la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA), la paralización del TREP es el principal acontecimiento que puso en entredicho la confianza en el proceso electoral de 2019. “El corte del sistema TREP fue una decisión arbitraria que atentó contra la integridad y transparencia del proceso electoral”, se lee en el reporte.
Al día de hoy aún hay al menos seis interrogantes clave que no obtienen respuesta sobre el corte de ese sistema. La primera es por qué se cortó el TREP sin “fundamentos técnicos”.
En el informe que Neotec (firma que brindó el soporte del TREP) dio al TSE se lee que esa noche recibió la orden de no seguir publicando los resultados del TREP.
“Aproximadamente a las 20:15, Marcel Guzmán de Rojas recibió una llamada telefónica de los vocales (en altavoz) del TSE, en ausencia del vocal Antonio Costas, en la que se ordenó suspender el TREP y se convocó a una reunión en las oficinas del TSE en San Jorge”, se lee en el informe.
En esa cita, los vocales presentaron tres argumentos para la interrupción del TREP: El uso de un servidor no monitoreado, el aumento inesperado de tráfico para verificación de actas desde ese servidor y el supuesto cambio repentino de la tendencia entre el MAS y Comunidad Ciudadana.
Más allá de ese documento, la auditoría de la OEA señala que no existe informe del incidente de interrupción del TREP. “No existe un documento con el ciclo de vida del incidente de interrupción del TREP, que describa efectivamente lo ocurrido y establezca la causa raíz”, se lee en el reporte final.
La segunda interrogante es por qué se cortó el TREP si contaba con un sistema que garantizaba su continuidad ante una eventual falla eléctrica o problemas de conexión de internet. “El sistema contaba con un diseño que garantizaba la continuidad ante una falla eléctrica e inclusive ante una interrupción de la conexión primaria a internet. Durante la noche del 20 de octubre de 2019 se produjo un corte intencional de las comunicaciones y se evitó que se activase la contingencia prevista”, se lee en el reporte de la auditoría.
La tercera interrogante es por qué se “ocultó” a la ciudadanía un 5,58% de actas que estaban en el sistema, pero que no fueron difundidas. El corte, según el informe de la auditoría, se dio cuando “se llevaban 83,76% de las actas verificadas y divulgadas, de un 89,34% de actas que ya habían sido transmitidas y estaban en el sistema TREP”.
La cuarta duda es por qué se introdujeron servidores no previstos en la infraestructura tecnológica (servidores denominados BO1 y BO20), “a los cuales se desvió de manera intencional el flujo de información del TREP”.
La quinta interrogante es por qué se creó de manera deliberada un “esquema tecnológico paralelo y no controlado”, que, según la auditoría, “facilitó un entorno que permitía la manipulación de datos, suplantación de actas o cualquier maniobra, facilitado por la volatilidad de la evidencia digital”.
La sexta interrogante es por qué se configuró un servidor, en una red Amazon ajeno al TREP y Cómputo, a través de una máquina Linux AMI virtual, para un individuo presentado como “asesor de los vocales”. El informe de la OEA señala que “dicho individuo no formaba parte de la planta laboral del TSE ni de las empresas auditora o proveedora”.