Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 09 de noviembre de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
El MAS piensa que la gestión del presidente Luis Arce será una continuidad de los 14 años del gobierno de Evo Morales, pero no será así. Lo que ha sucedido este año tan intenso y complicado, y en particular la victoria del pueblo boliviano en noviembre del año pasado, son hechos transformadores e irreversibles. Gracias a ellos, los bolivianos vivimos una nueva etapa política. También son nuevos, entonces, los debates que tendremos que llevar adelante.
En el campo económico, debatiremos entre quienes creen que el modelo económico del gobierno de Evo Morales era bueno pero fue dañado por la transición y los que creemos que el modelo se agotó y necesita una urgente reingeniería. Las docenas de empresas estatales que han sido creadas en los 14 años, y que Arce piensa mantener, van a consumir unos recursos que el país –atención a esto– ya no tiene. Me pregunto si el nuevo presidente piensa seguir cargando el peso del financiamiento del Estado sobre los hombros del sector privado. Pero el nuevo gobierno no puede olvidar que el sector privado está exhausto, luego de haber sido golpeado por el efecto combinado de la crisis política causada por el fraude, la pandemia y la recesión mundial.
La falta de exportaciones que se derivará de la crisis de la industria del gas, que ya no cuenta con suficientes reservas y tiene problemas para colocar las que conserva en los mercados extranjeros, así como de los bajos precios internacionales del petróleo, presionarán sin duda sobre los dólares que respaldan la libre convertibilidad entre bolivianos y dólares que rige actualmente en el país.
Por eso necesitamos tomar créditos de los organismos financieros. Solo estos créditos pueden darnos las divisas que requiere el sistema financiero y la estabilidad monetaria. A contrapelo, Luis Arce no ha propuesto aumentar la deuda externa, sino dejar de pagarla. Pero una moratoria podría tener efectos graves y negativos sobre las expectativas de los actores económicos. Arce ha causado en parte estos efectos con sus comentarios ligeros sobre una “devaluación”.
Yo, en cambio, creo que esta medida puede evitarse siempre y cuando el gobierno mande los mensajes correctos a los sujetos económicos. Pues bien, el nuevo presidente ha comenzado muy mal a este respecto.
En el campo político, creo que el debate se dará entre los que ven la democracia exclusivamente como reunión de votos y mayorías, y los que la vemos también como Estado de Derecho con garantías para las minorías. La eliminación por parte del MAS de la exigencia de dos tercios para la aprobación de determinadas materias en las dos cámaras de la Asamblea Legislativa responde a una concepción mayoritarista que es responsable directa de los hechos de 2019.
Finalmente, el debate se dará entre los demócratas de todas las líneas (inclusive del MAS) y Evo Morales, que lo primero que hizo después del triunfo de su partido fue viajar a Venezuela, y que tratará de vengarse de su salida del poder.