Medio: Nuevo Sur
Fecha de la publicación: lunes 09 de noviembre de 2020
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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El domingo 8 de noviembre de 2020 se recordará por la peculiaridad del mensaje inaugural de los dos ejecutivos nacionales, especialmente a quien se le puso la banda presidencial, la medalla y el bastón de mando, y también, de quién presidirá la ALP. El mensaje del vicepresidente David Choquehuanca, fue de tono sereno, diáfano y de un contenido propio de su auto identificación aymara, con un claro contenido de su cosmovisión que reivindica la esencia de su proclamado pasado ancestral, y claros han sido sus ejemplos como aquello de que “el cóndor para poder volar tiene que tener en equilibrio su ala izquierda y su ala derecha”. El contenido de este mensaje de la segunda autoridad nacional, deja entrever qué, sigue intacta su forma de ser en sí, su filosofía de vida y que muestra sin ambages, su mensaje reconciliador al mencionar que “el poder por el poder” ejercido anteriormente -aludiendo al gobierno del proceso de cambio bajo el estilo de Evo Morales- quedaba desechado como instrumento de gestión. Este detalle y otros mencionados, dan clara muestra que se expone contrapuesto y diferente al estilo autoritario y déspota del mandatario que gobernó el país entre 2006 y 2019. Mientras el ahora primer mandatario -sin corbata- con un tono hasta brabucón, hizo gala de la mitad de su tiempo -15 minutos de los 35 que utilizó- para aplicar una sañuda verborrea para atacar al “gobierno de facto”, “ilegal”, “inconstitucional”, “corrupto” y demás epítetos vertidos con una muestra clara de resentimiento y hasta quizás, una ausencia total de un sentimiento o pensamiento hacia la reconciliación, el reencuentro y otras figuras que el discurso de los nuevos diputados y senadores masistas estuvieron días antes copando medios televisivos, radiales y escritos, todas estas expresiones igualmente inundaron las RR.SS., con estos mensajes que intentaban dar calma a sus ímpetus ante los requerimientos que expliquen la modificación de los reglamentos de ambas cámaras de la ALP. El discurso altisonantes del primer ejecutivo nacional, muestra el verdadero espíritu y las armas -judiciales y administrativas- que parecen asomarse bajo la manga, como carta de tahúr para ganar haciendo trampa. Más pareció un manifiesto virulento escrito por el “satuco” Gustavo Torrico. Porque, escuchar lo que se escuchó, y de la primera autoridad pública que inaugura su gestión, dejó a muchos con mal sabor y con estridencias en los oídos. En concreto, absolutamente opuesto al mensaje del vicepresidente, que enarboló, en su estilo personal de siempre, las cualidades culturales que son parte de su vida social y comunitaria de la que se quiso hacer escuela y no se pudo -en realidad no lo dejaron a David Choquehuanca y su corriente cultural que fue la base inicial de su configuración original y política de MAS-IPSP- en el periodo tenso, violento, judicializado y corrompido de los 14 años del jefazo.
En este contexto, qué quería el pueblo boliviano, sino escuchar una agenda de trabajo y que al respecto no dijo mucho, más allá de la debacle de la economía dejada por él, ahora presidente, es decir “blindada” y a toda prueba, pues mencionó poco menos que lo mismo que Paz Estenssoro antes de dictar el famoso 21060 “Bolivia se nos muere”, Arce Catacora, parafraseó al estadista del MNR, siendo que Paz fue contra lo que construyó el 52, y, ahora a Arce le tocará ir en pos de lo “que dejó”, una economía bonancible capitalista por obra del mercado de los hidrocarburos, una ley vilipendiada por el MAS en 2004 y una infraestructura gasífera construida así como las relaciones comerciales internacionales efectuadas por gobiernos anteriores al ascenso del MAS. Como cosechador, al ex ministro de economía y finanzas públicas, no le fue mal, como no le hubiese ido mal a ningún otro gobierno en las condiciones que se vivió durante ese periodo. Veremos las capacidades que se despliegan para “salvar Bolivia” de la debacle que dejó según Arce Catacora “el gobierno de la primavera de transición de 11 meses, desastroso”.
Cuál era la expectativa de la población, qué quería escuchar.? Anotemos algo:
Que no resurjan complejos ni odios y no se tomen represalias contra quienes hayan estado en contra del régimen del señor Evo Morales. Peligroso sería un resurgimiento de complejos y odios que, por años, se ha creado en algunos sectores que han buscado “resarcir al pueblo” de hechos consumados durante la Colonia y en los primeros años de la República. Igualmente se busque represalias contra ex gobernantes y sus colaboradores o en contra de personas que no concuerden ni apoyen al nuevo régimen.
La urgencia y necesidad de conservar la serenidad, evitar los enfrentamientos, desestimar todo lo que signifique retomar odios y rencores que solamente causarían daño al país y, por supuesto, crearían estados de preocupación y problemas al gobierno que, según expresiones del Presidente, gobernará en ámbitos de concordia, paz y trabajo constructivo con todos los estamentos de ciudadanos del país. Serán, pues, los colaboradores del señor Arce los encargados de mantener climas acordes con la paz y armonía que se requiere para emprender labores de reconstrucción de la economía y vencer a la pobreza, a más de hacerlo contra la pandemia que amenaza a todos los estratos de la nación.
La colectividad es consciente de que el gobierno, por su propia tranquilidad, debiera impartir políticas y conductas para evitar extremos, para el bien común. El pueblo, con seguridad, actuará bajo lineamientos de su formación en virtudes y evitará cualquier extremo porque sus propias experiencias y sufrimientos le muestran cuán importante son la unidad, la paz y la armonía entre todos los bolivianos.
Un primer paso de renovación democrática: reconstrucción de la arquitectura institucional en sus diferentes ámbitos y niveles, y concertación de políticas idóneas para enfrentar las múltiples crisis que agobian al país. Antes de emprender la gestión de su programa de gobierno, las nuevas autoridades tendrán que resolver los diversos conflictos que se han instalado en varios lugares del país, en forma de movilizaciones, paros y bloqueos con demandas legítimas algunos, pruebas de fuerza otros y expresión de frustraciones incontroladas los más.
La manera en que se lleven a cabo las negociaciones correspondientes pondrá de manifiesto el estilo de gobierno que se pretende adoptar, habida cuenta de las importantes restricciones fiscales e institucionales que caracterizan a la presente coyuntura, tan diferente de la holgura económica imperante en la experiencia anterior de gobierno de ambos mandatarios.
La preparación de las elecciones municipales y departamentales en el primer trimestre del próximo año, de cuyos resultados depende en gran medida el cauce que se imprima en el futuro a la descentralización política acompañada del pacto fiscal correspondiente. Sin embargo mientras persista la sombra de dudas de la transparencia del sistema informático del TSE, que se hará para dar certidumbre y confianza al pueblo elector, el soberano? Habrá auditoría?
Una estrategia de desarrollo a mediano plazo, tomando en cuenta que la crisis del COVID-19 constituye una oportunidad para adoptar un modelo económico capaz de alcanzar un alto nivel de crecimiento impulsado por incrementos sostenidos de productividad, reducción de la informalidad y uso sostenible de los recursos naturales. En el ámbito internacional se han abandonado los enfoques económicos ortodoxos y ahora se propugna un nuevo rol activo para el Estado, la tolerancia de mayores niveles de déficit fiscal, la mayor flexibilidad en la reprogramación de la deuda pública interna y externa, así como la adopción explícita de políticas industriales y tecnológicas. De esto no se dijo nada.
Por principio de cuentas se necesita un alto nivel de calificaciones en las cúpulas del aparato de gobierno -meritocracia-, espacios públicos institucionalizados de concertación vinculante con los agentes económicos estratégicos, a fin de adoptar un programa de inversiones a mediano plazo. Tal vez, pensar en la creación de un consejo económico y social para atender de manera eficiente la gestión de las relaciones laborales. Habrá capacidad para esto, políticamente hablando.?
La pandemia provocó restricciones al funcionamiento del aparato productivo dejando lesiones significativas en el tejido empresarial y en los mercados laborales. Las iniciativas espontáneas de respuesta provisional ejercitadas por las pequeñas y medianas empresas requieren de recursos y políticas para volverse sostenibles a mediano plazo. Se puede generar empleo masivo si cuenta con los apoyos necesarios como el acceso expedito al crédito y normas laborales equitativas, aunque este segmento no tiene condiciones de ejercer una función motriz dinámica sostenida. Para dicha tarea es preciso inversiones públicas y privadas destinadas al abastecimiento del mercado interno y eventualmente también para la exportación de manufacturas terminadas, así como componentes susceptibles de incorporarse a cadenas regionales de valor. No se dio señales concretas en esta dirección.
El binomio Arce-Choquehuanca obtuvo una votación significativa porque ofrecieron el retorno rápido de la estabilidad social y la recuperación del empleo y el crecimiento económico. El cumplimiento de esta agenda de políticas económicas debiera ser prioritario en el mensaje presidencia, pero no hubo nada de eso.
Reputación, meritocracia, odio político, credibilidad, concertación, certidumbre, autoritarismo, empatía, venganza, esperanza -son percepciones y actitudes de la subjetividad colectiva- serán más importantes que los temas económicos meramente técnicos, que el pueblo poco entiende, pero mucho espera. No se habló de estrechar la mano “al enemigo”, o tratarlo por lo menos de contrincante y no continuar con los mensajes subliminales despectivos.
La recuperación de la estabilidad macroeconómica o el reinicio del crecimiento del producto requerirá, además de recursos financieros frescos, de un horizonte de estabilidad política y de paz y de una predisposición psicosocial positiva y resiliente. El mensaje más por el contrario destilaba un tufillo torpe y de rancia venganza y/o castigo, antes que de apertura política y social.
El control en la ALP por parte del MAS, con la maniobra nada democrática de haber eliminado los 2/3 para ciertos temas, será suficiente? este es un mal comienzo cuando se necesita construir credibilidad y certidumbre para enfrentar la tormenta económica que se viene. La ALP es parte de la estructura de la gobernabilidad, se lograrán equilibrios con la vapuleada oposición o se ejecutarán medidas políticas, económicas y sociales, sin consensos.?
Es altamente probable que aumente la conflictividad social, tanto de origen reivindicatoria como política. Diversos grupos, movimientos sociales, corporaciones gremiales y regiones pedirán apoyo económico para superar la crisis a un Estado prácticamente quebrado. La efervescencia política aumentará. Ciertos grupos piensan que en esta elección también hubo fraude, buscarán deslegitimar la legalidad del gobierno actual. El gobierno debe promover un acuerdo nacional con los actores democráticos. Un nuevo Pacto Fiscal, será posible en estas condiciones? O es que se prevé hacer ajustes en la economía, en lo social e impositivo, sin tomar las previsiones que no tuvieron las del gasolinazo del 2010. Qué sucederá con las RIN del BC, los depósitos en las AFPs, el sistema impositivo, la matriz productiva, el litio, El Mutún, los incendios forestales, los transgénicos, la economía verde está pensada..?
Estas y muchas más cuestiones de Estado, es lo que el pueblo deseaba escuchar, sin embargo nada se dijo, y seguramente, será la posesión de su gabinete ministerial y la elección de las directivas camarales y las comisiones que nos darán más luces, en idéntica forma se espera la conformación del equipo de embajadores y demás representaciones diplomáticas. Hay aún expectativa por lo que vendrán en estos días. Esperemos sean buenas noticias, Bolivia está aún en vilo desde octubre y noviembre del 2019, este 2020, fue de zozobra, Se necesita salir de esta pesadilla. Bolivia necesita certeza respecto a su futuro.