Frente a esta manifestación política, policías encargados de la seguridad intentaron desalojar a esta mujer de las graderías. Pero ante la oposición de los demás espectadores, al final aceptaron su permanencia, siempre y cuando se cubra con otra prenda la “polémica” remera. Como era previsible, junto a la difusión de imágenes sobre este hecho, varios internautas cuestionaron esta acción policial en las redes sociales.

Poco después, en respuesta a tales reproches, el Ministro de Gobierno justificó el accionar de los policías argumentando que existen normas internacionales que prohíben manifestaciones políticas en los escenarios deportivos. Pero lejos de apaciguar los ánimos esta justificación revolvió aún más las aguas, e incluso suscitó duros comentarios de representantes de organismos de defensa de los derechos humanos, como el emitido por el Jefe de la división para las Américas de Human Rights Watch, calificándola como un “disparate”.

Y es que, como bien se sabe, la libertad de expresión garantiza el derecho de poder expresarse desde cualquier plataforma, siempre y cuando no se vulnere la dignidad de las personas o se impulse a la violencia, lo que puede dar lugar a sanciones de parte de la autoridad judicial correspondiente.