En las dos últimas gestiones del Gobierno de Evo Morales, el Movimiento Al Socialismo (MAS) administró la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) con sus dos tercios, por lo que no requería consensuar absolutamente nada con los legisladores de las otras fuerzas políticas.
En el periodo 2015-2020 en el Legislativo se aprobaron alrededor de 620 leyes, una gran parte de ellas aprobadas por la mayoría de los asambleístas de partido azul, sin importar la objeción de la minoría.
En este periodo, el MAS utilizó sus dos tercios de voto en la Asamblea Legislativa para neutralizar el trabajo de la oposición, imponiendo normas, resoluciones e incluso para proteger a autoridades interpeladas, sin mayor debate. Una de las imposiciones del partido azul fue el intento de reforma constitucional en noviembre de 2015, después de un debate de por lo menos 18 horas, se promovió una ley de convocatoria a un referendo establecido para el 21 de febrero de 2016.
Con los dos tercios en la Asamblea, el MAS impulsó un referendo para habilitar, en 2016, un cuarto mandato, cuando aún le quedaban cuatro años para terminar su gestión. Para lograr el apoyo de la gente y obtener una mayoría por el Sí y así modificar el artículo 168 de la Constitución Política del Estado (CPE), el exvicepresidente y expresidente nato de la Asamblea, Álvaro García, exponía en términos extremos:
“Papá, mamá, no lo abandones al presidente Evo, no lo dejes solo. No lo abandonen, el presidente Evo, si tiene apoyo, construye colegios, si no tiene apoyo regresarán los gringos, regresarán los vendepatrias, regresarán los asesinos y a las wawas les van a quitar todo y no va a haber destino. Va a haber llanto y el sol se va a esconder, la luna se va a escapar y todo va a ser tristeza para nosotros, no se olviden”, dijo en 2015.
Ante el fracaso en el referendo, el MAS, mediante sus asambleístas, planteó ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) una acción para habilitar a Morales para los comicios de 2019, pese a que la gente dijo que No.