“Para mala fortuna de los Estados Unidos, de sus intereses y sus apetitos políticos, hoy día estamos más vivos que nunca y, a pesar de que estamos encerrados, somos más libres que nunca”, dijo Quintana a la cadena rusa RT.

Quintana sostuvo que con la posesión de Luis Arce y David Choquehuanca “se habrá terminado el imperio de la impunidad y de la violación de los Derechos Humanos”.

Aseveró que a él, durante este tiempo, se le inició 17 procesos penales por declaraciones que hizo en la prensa. El exministro es procesado después de que manifestó que Bolivia se volvería en un Vietnam, durante los conflictos de 2019.

Dijo que para los procesos hubo una complicidad entre la Policía, los jueces y los fiscales, bajo el mando del Ministerio de Gobierno.

Calificó como “innombrable” al ministro Arturo Murillo, del cual afirmó que se “convirtió un testaferro potencial del Departamento de Estado de los Estados Unidos”.

Sostuvo que el gobierno es “títere” y “ha obedecido las consignas de la muerte civil contra los principales dirigentes del Movimiento al Socialismo”.

Quintana señaló que la narrativa del fraude electoral fue parte de un “golpe de Estado” de 2019. Denunció que en esa etapa se implementó el método norteamericano “Sharp” para generar malestar en la sociedad.

En ese marco, manifestó que Luis Almagro debería renuncia a la OEA, porque considera que “impulsó la destrucción de un país”, en base a un informe de observación electoral que –a criterio de Quintana- es falso.

Comisión de la Verdad

El exministro planteó que desde la sociedad civil y organizaciones sociales se emprenda la iniciativa de crear una “comisión de la verdad” que investigue tres aspectos.

Las tres dimensiones que planteó investigar son: la violación a los derechos humanos, los efectos de lo que denominó “año de saqueo, de corrupción” y, tercero, “la dimensión política que ha dado lugar al golpe de Estado y las consecuencias que ha tenido”.