“Recomiendo a los movimientos sociales, a los militantes, no intentar imponer ministros. Dejen que el hermano Lucho se organice”, manifestó.

Asimismo reconoció división y problemas internos en su partido, así como confusión respecto a quienes formaron parte de su entorno cuando estaba en el Gobierno, por lo que al llegar, una de sus primeras misiones será realizar aclaraciones “para alinear” porque en su experiencia es necesario combinar entre fundadores, exautoridades y dar mayor oportunidad a las nuevas generaciones.

Recordó que en ese entorno estaban el presidente electo Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca, así como Juan Ramón Quintana, exministro de la Presidencia y Roberto Aguilar, exministro de Educación.

“Hay que hacer una combinación clase media, movimientos sociales y regiones. Me cuestionan por los ‘invitaditos’, pero yo integré como Túpac Katari dijo en tiempos de colonia que los mestizos y los criollos se organicen para pelear juntos por nuestro territorio. Es lo que yo hago”, agregó.

También reconoció que hubo un desgaste en su partido y atribuyó esto a los años de gestión, la guerra sucia y las mentiras.

Una vez más ratificó que al llegar a la región del Trópico, su bastión en el departamento de Cochabamba, se dedicará a la formación de líderes para cuidar los principios ideológicos del partido y, en su chaco, a la crianza de peces (tambaquí).

Por otro lado, atribuye gran parte de sus decisiones al pueblo y asegura que tenía razón al querer tenerlo en un cuarto mandato, más aún ahora con la pandemia del coronavirus COVID-19, pero no con relación a vetar a su entorno en este próximo Gobierno.

“Nos hubiéramos mandado la parte con Cuba y China. Equipamiento de primera”, dijo.