Medio: El Día
Fecha de la publicación: viernes 30 de octubre de 2020
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Asamblea Legislativa Plurinacional
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Abusaron del país hasta el hartazgo, desconocieron el voto popular, cometieron fraude, huyeron cobardemente, ganan las elecciones holgadamente y vuelven campantes al poder. Qué más pueden pedirle a un país del que se ríen abiertamente y al que seguramente consideran un masoquista consumado.
Lo hacen porque no pueden dejar que nadie crea lo que ha venido repitiendo Luis Arce, de gobernar para todos, en unidad, con diálogo y bla, bla, bla. El MAS se nutre del conflicto, se fortalece con el odio y la división y siempre está buscando la excusa perfecta para endilgarles a los otros su propio racismo y discriminación, “caballitos de batalla” que volverá a usar en los próximos cinco años y continuar con el propósito de la perpetuación.
Por qué el MAS quiere facilitar la aprobación de leyes que jamás respeta, que no se necesitan para realizar una buena gestión, que son positivas para el país y que podrían promulgarse con el concurso de la oposición. Porque las leyes que usa la dictadura no son para beneficiar a los bolivianos, sino para perseguir, encarcelar y neutralizar a sus enemigos y por eso necesita que se ajusten a su medida, que nadie las discuta y que sigan una misma línea de acción que proviene de un proyecto totalitario impuesto desde afuera.
Por qué la Asamblea Legislativa que todavía le pertenece a Evo Morales aniquila no sólo a la oposición, sino también a los nuevos diputados y senadores que representan al MAS y que supuestamente llegan con aires de renovación y de reconducción del “proceso de cambio”. Porque la vieja guardia del partido no puede arriesgarse a que surjan libre pensadores y menos disidentes que arruinen los planes dictatoriales. Porque nadie, y menos Arce, puede sentirse con la libertad de tomar decisiones por cuenta propia, de pensar en otra cosa que no sea seguir apuntalando la hegemonía y mantener intactos los acuerdos con los cocaleros, los narcos, los contrabandistas y las mafias políticas que nos gobiernan, sin importar que la prioridad de hoy sea combatir la pandemia, recuperar la economía y evitar una hecatombe como la que viven venezolanos y argentinos.
Lo que ha hecho la Asamblea Legislativa saliente es un ajuste de clavijas, un acto de amedrentamiento, dirigido a la ciudadanía que salió a defender su voto y se levantó contra el fraude de octubre de 2019; orientado hacia la Policía y las Fuerzas Armadas, que están bajo amenaza de disolución y de reemplazo por milicias; enfocado a cualquiera que intente defender la justicia y la democracia. Desde hoy, ya no se requieren dos tercios, ya no se necesita el Congreso, todo será más sencillo para la dictadura.
Lo que ha hecho la Asamblea Legislativa saliente es un ajuste de clavijas, un acto de amedrentamiento, dirigido a cualquiera que intente defender la justicia y la democracia. Desde hoy, ya no se requieren dos tercios, ya no se necesita el Congreso, todo será más sencillo para la dictadura.