Medio: El Deber
Fecha de la publicación: miércoles 21 de octubre de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Sucedió al caer la tarde de este martes. Ahí, en El Cristo, al menos 5.000 personas autoconvocadas por WhatsApp, Facebook y otras redes sociales, se aglutinaron para manifestar su rechazo en contra del rol del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y de los resultados parciales de las elecciones presidenciales del domingo, que lanzaron dos firmas privadas. Muchos se subieron hasta el altar donde el papa Francisco habló en 2015 y desde ese lugar se llamó a un paro cívico indefinido departamental si es que no fueran escuchados por las autoridades.
No se vio a ningún representante de la agrupación Creemos, de Luis Fernando Camacho, ni a ningún integrante del Comité Pro Santa Cruz o de la Unión Juvenil Cruceñista. Tampoco estuvo ninguna figura pública nacional o regional. Pero, hubo muchos jóvenes con banderas de Santa Cruz y de Bolivia en sus espaldas. Entonaron estribillos en contra del Movimiento al Socialismo y condenaron el trabajo de algunos medios de comunicación el día después del domingo 18.
Pasadas las 19:00, la gente continuaba en El Cristo, pero ya no se registró ningún discurso. No se dio la fecha del posible paro cívico autoconvocado. En ese icónico lugar, Luis Fernando Camacho concentraba a miles de ciudadanos durante los 21 días de la llamada Revolución de las Pititas y en otros tiempos el gobernador Rubén Costas también gritó por autonomía departamental; además, se llegó a pedir independencia y federalismo para la región oriental.
En el centro de cómputo del TED cruceño, ubicado en la Feria Exposición, también hay un grupo de ciudadanos molestos por los resultados. Desde ese punto de la ciudad, el presidente del Tribunal Electoral Departamental, Saúl Paniagua, informó que en tres horas el cómputo electoral llegará al 95%. Llamó a la calma y prometió transparencia en el recuento de los votos.
Hasta las 21:00, la protesta continuaba en las puertas de la Fexpo. Se volvieron a oír aquellos estribillos que reinaron en 2019 cuando Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia. Hubo petardos y momentos de tensión. La Policía ha instalado un fuerte resguardo en los alrededores del recinto ferial.