Si bien el resultado oficial del recuento de votos que está a cargo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) se conocerá estos días, los porcentajes serán casi los mismos, lo que no hará variar la decisión de más del 52% de bolivianos que, una vez más, depositó su confianza y sus esperanzas en la organización política del expresidente Evo Morales.
Tras conocerse los resultados no oficiales y en su primer discurso como vencedor de los comicios, Arce dijo que gobernará para todos los bolivianos y que buscará la unidad de todo el país.
En estos momentos tan críticos que vive Bolivia, sobre todo por los efectos de la pandemia del coronavirus y los conflictos tras las elecciones anuladas del 20 de octubre de 2019, lo que necesita el país es un gobierno que tenga la capacidad de “sanar las heridas” e iniciar una nueva etapa sin odios ni rencores.
Esos dos grandes problemas han provocado una profunda crisis económica y ha puesto sobre el tapete, una vez más, lo que todos saben, pero que pocos lo aceptan y es la gran división que existe entre ciudadanos de las áreas urbanas y rurales, entre cambas y collas, entre ricos y pobres. Bolivia es un país extremadamente polarizado, al menos en estos momentos.
La tarea para el binomio ganador de las elecciones generales no es nada fácil. Luis Arce y David Choquehuanca tienen grandes retos por delante; es probable que el desafío de gobernar Bolivia sea aún mayor del que tuvo Morales cuando le tocó asumir la Presidencia del país en 2006.
A diferencia del pasado, el MAS aparentemente no tendrá los dos tercios en la Asamblea Plurinacional; según los datos de las encuestadoras Ciesmori y de la Fundación Jubileo, en la Cámara de Senadores el partido ganador de las elecciones tendría 19 curules, Comunidad Ciudadana de Carlos Mesa 13 y Creemos de Luis Fernando Camacho se quedaría con cuatro.
Aún no se tienen los datos de la composición de la Cámara de Diputados. Lo evidente es que si tendrá mayoría, sin embargo, eso le obligará a buscar consensos para aprobar algunas leyes y designar autoridades de empresas estratégicas y otras instituciones estatales bolivianas.
El gobernar de manera inclusiva y con todos está en manos del electo Presidente y del futuro partido gobernante; de Arce dependerá que se superen los impases y que todos trabajen de forma unida para sacar de la crisis a Bolivia. El respaldo de la mayoría lo tienen; ahora la pelota está en su cancha.
