Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 12 de octubre de 2020
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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“En el país queda el recuerdo de las elecciones de 2019, cuando el proceso electoral tuvo un punto de inflexión. El TSE tomó las lecciones y procedió a organizar un nuevo sistema de información de resultados preliminares y de cadena de custodia”, manifestó el presidente del TSE, Salvador Romero.
Sistemas bajo candados
“Corten el TREP”, fue la orden que la noche del 20 de octubre de 2019, a las 19:40, interrumpió la difusión pública de datos del sistema de conteo rápido preliminar. Con 83% de las actas computadas la transmisión se detuvo cuando la tendencia de votos mostraba una segunda vuelta entre Evo Morales (MAS) y Carlos Mesa (CC).
Casi 24 horas después, el sistema fue reanudado. Los datos habían cambiado y sobre el 95% de avance, Morales tenía una ventaja de 10 puntos que descartaba el balotaje. En medio del descontento y la duda de fraude, el país se sumió en una crisis que derivó en la anulación de las elecciones y la renuncia del entonces presidente Evo Morales.
“Esta vez el proceso de difusión será administrado por un sistema propio del organismo electoral que no será terciarizado y que permitirá dar a conocer la información en tiempo real. Empezará a las 18:00 y tendrá un flujo ininterrumpido de información estadística; no se va a cortar bajo ninguna circunstancia”, señaló Salvador Romero.
En 2019 el sistema de conteo rápido TREP fue terciarizado por la empresa Neotec y auditado por Ethical Hacking. El gerente de esta última advirtió que un tercer operador ingresaba información irregular en el sistema y que había más de 7.000 contraseñas de acceso inseguras. Transcurrido un año de las elecciones anuladas del 20 de octubre, las investigaciones continúan.
El nuevo sistema de Difusión de Resultados Preliminares (Direpre) se trabajó en torno a las observaciones emitidas por la OEA con hasta 20 protocolos. Éste, a diferencia del sistema de cómputo oficial, no es vinculante, sino referencial y de control. Su alcance es netamente informativo y de tendencia, según el TSE.
“Registrará quién, dónde y cuándo tomó la información de las actas. Difundirá los resultados solo de las que no tengan observación que deba ser subsanada”, explicó la vicepresidenta del TSE, María Angélica Ruiz.
Para evitar los problemas de 2019 se han tomado previsiones. Se tiene un software de reemplazo que fue elaborado por la británica Reckon. Además de generadores de energía y sistemas de alimentación ininterrumpida en caso de cortes.
Ruiz señaló que el sistema más importante es el de cómputo oficial. Éste es el que consolidará los datos de las actas físicas -único instrumento jurídico valido- de la totalidad de mesas de sufragio, incluyendo las que sean subsanadas en los TED. “Se podrá visualizar el acta y en el caso de las observaciones y anulaciones se verá el documento de resolución”, explicó.
Tanto el sistema de conteo como el de cómputo cuenta con candados para evitar la intromisión de servidores ajenos, recalcó.
Material sensible y medidas de seguridad
El material sensible es aquel que está dentro de la maleta electoral y debe ser cuidado al máximo. Incluye el acta electoral, las papeletas, los certificados de sufragio y las listas de electores, entre otros componentes.
Cada uno tiene medidas de seguridad. El primero es el sello en la maleta electoral, éste debe estar intacto y debe ser observado si es que fuera abierto antes de ser entregado a los jurados en las mesas electorales.
Desde el TSE se explicó que desde el material sensible cuenta con medidas de seguridad. Por ejemplo, las papeletas de sufragio, los certificados y las actas de escrutinio fueron elaborados con papel Guilloch é, un microtexto y tinta invisible que facilitarán su identificación ante una falsificación.
Asimismo, las papeletas tendrán sellos con tinta fluorescente y las actas un código QR de identificación.
Pero además de la seguridad del material electoral, cada maleta estará acompañada de insumos de bioseguridad contra la Covid-19.
Una cadena de custodia estricta de 24/7
Apenas habían pasado 24 horas desde el corte del sistema de conteo de las elecciones 2019, cuando desde diferentes partes del país llegaron videos de maletas electorales, copias de actas, papeletas marcadas y otros documentos que eran encontrados en depósitos, escuelas y domicilios.
Mientras vocales del TSE entonces en funciones explicaba que ese era material sobrante y lo el oficial eran las actas remitidas a los TED, la situación era irregular para quienes por años vieron las ánforas llegar hasta un solo recinto donde eran custodiadas hasta el fin del cómputo. Algo estaba claro: la cadena de custodia se había roto.
“Hablar de la cadena de custodia es hablar de la integridad del proceso. Es asegurar que el movimiento de los materiales electorales, en una operación tan compleja, está controlado en todo momento; antes de la votación y mucho más después de ella cuando las actas de resultados viajan hasta el centro de computo”, dijo el oficial electoral del PNUD, Mauro Calvo.
Para garantizar una cadena irrompible, el TSE este año ha generado un protocolo en el que la Policía y las Fuerzas Armadas se constituyen en custodios 24/7 del material, desde su producción y distribución hasta el retorno a los TED.
Ello no implica que sean los administradores de los mismos. Su rol será únicamente de resguardo. La únicas personas autorizadas para manipular material electoral sensible serán los notarios y jurados. Las fuerzas del orden desplegadas no podrán tocar ni actas ni papeletas.
“Para tener el control en todas las etapas, cada movimiento tendrá un comprobante que registre la entrega y recepción del material, quienes los realizaron, la hora, ubicación, modo y tiempo de traslado, rutas y acompañantes”, manifestó José Orellana del servicio de procesos electorales del TSE.
De principio a fin del proceso, el resguardo implica a todo el material. Desde el acta de resultados, que será sellada en el sobre A color plateado, hasta las papeletas, copias, material de apoyo que serán clasificados en otros sobres. Toda la maleta electoral deberá ser entregada sin alteración a los TED.
Mientras el acta llegará hasta el centro de cómputo el resto del material será resguardado en los centros autorizados de almacenamiento. Los sobrantes permanecerán bajo custodia hasta que termine el cómputo y se disponga su destrucción.
Después de la inspección técnica ocular del caso fraude, la semana pasada, un informe policial advierte que en 2019 hubo una ruptura de la cadena de custodia que propició la alteración de al menos 8.000 actas electorales .
Jurados electorales, los ojos de la ciudadanía
En octubre de 2019, en medio de los primeros conflictos electorales, aparecieron videos y fotografías de actas cambiadas, alteradas o con vicios de nulidad. Estos registros apuntaban a que el presunto fraude no se había limitado al sistema de conteo, sino a todo el proceso electoral.
Para evitar un incidente similar en los comicios 2020, los jurados electorales, representantes de la ciudadanía, tendrán la labor de garantizar la transparencia en cada paso de la elección.
“Los jurados son ciudadanos elegidos al azar y ellos son la máxima autoridad el día de la elección. Mucho de la transparencia del proceso depende de la calidad de su trabajo. Son los ojos de toda la ciudadanía, por eso apelo a que asuman este cargo como un honor y una responsabilidad ciudadana”, dijo la vicepresidenta del Tribunal Supremo Electoral, María Angélica Ruiz.
En todo el país y el exterior se designaron más de 213 mil jurados electorales. El domingo 18 de octubre, la jornada electoral sólo será abierta con su presencia. Al menos dos de los seis designados por cada mesa deberán estar como garantes para recibir la maleta electoral, cuya custodia estará a sus manos.
Los jurados serán quienes guiarán el sufragio y verificarán el escrutinio. Elaborarán el acta -documento oficial- y la entregarán al notario.
Pero no serán los únicos ojos. Al menos dos misiones de observadores ciudadanos trabajarán junto a las misiones internacionales. Se sumará un sistema de control masivo civil que capturará la imagen de las actas electorales.