El Gobierno teme que algunos sectores afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) no acepten una eventual derrota de su candidato Luis Arce en las próximas elecciones nacionales, por lo que anunció que ha tomado recaudos en todos los niveles para evitar focos de violencia el día de la votación y los días posteriores.

Al operativo de contingencia dispuesto por el Ejecutivo con motivo de las elecciones y que prevé el desplazamiento de alrededor de 40.000 efectivos de la Policía y de las Fuerzas Armadas, se sumó una instrucción para la vigilancia de los 135 pasos fronterizos no autorizados.

El director de Migración  Marcel Rivas dijo  ayer que lo que se quiere   evitar con ello es que se repitan los hechos de violencia que se registraron en el país tras los comicios anulados de 2019, cuando se detectó la presencia de extranjeros implicados en algunas de las revueltas que dejaron unos  35 fallecidos.

“Podemos afirmar que nuestras fronteras están bien protegidas (…) Todo aquel ciudadano que pretenda atentar contra la democracia, contra la vida, contra la salud de los bolivianos, por simplemente buscar un privilegio a través de su partido, o a través de su banda criminal disfrazada de  partido, pues va a asumir las consecuencias”, advirtió en una conferencia de prensa.

Dijo que los ministerios de Gobierno y de Defensa, además de las Fuerzas Armadas y las unidades operativas de la Policía, se encuentran preparados para precautelar la seguridad de los bolivianos el 18 de octubre.

“No vamos a permitir que ninguna banda criminal, ni ningún grupo delincuencial, quiera atentar contra la democracia, quiera romper nuevamente el sistema de derecho y el Estado de Derecho en nuestro país. Van a fracasar”, insistió.

Varias unidades policiales realizaron prácticas antidisturbios en los últimos días. Ayer, por ejemplo, lo hicieron efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) de La Paz con motivo de su aniversario, mientras que el fin de semana ocurrió lo mismo con las unidades especializadas del Comando Departamental de la Policía de Chuquisaca. Su comandante  Gonzalo Lazo  explicó al periódico Correo del Sur que los ejercicios antidisturbios se realizaron “porque se avecinan las elecciones nacionales y nosotros tenemos que brindar paz y tranquilidad a los habitantes para que las elecciones sean tranquilas”.

Wilson Santamaría, viceministro de Seguridad Ciudadana,  dijo que no se permitirá que grupos radicales rompan la convivencia pacífica en la jornada electoral. “Hay grupos que, en alianza con terroristas, intentan generar desestabilización en Bolivia. Se trabaja con mucha intensidad para evitarlo. Se tiene preparadas a nuestras instituciones, se las tiene trabajando, para que Bolivia tenga paz y tranquilidad”, señaló.

El lunes, al referirse a las advertencias de convulsión social, el ministro de Gobierno  Arturo Murillo  advirtió: “Vienen las elecciones el 18 de octubre. La Presidenta lo ha dicho con claridad: no se hagan a los vivos, la Policía Nacional va a actuar, el Ejército va a actuar, nosotros no estamos de adorno”.

Ayer, en esa misma línea, la presidenta Jeanine Añez dijo  que no se dará paso a la violencia.

“Estamos garantizándole al país que vamos tener elecciones limpias y transparentes. No vamos a permitir que los violentos del pasado quieran o intenten volver a convulsionar el país. Los bolivianos tenemos claro nuestro futuro: vivir en paz, en democracia, en condiciones jurídicas que nos permitan trabajar”, aseveró luego de un acto realizado en el Palacio de Gobierno.

Diego Pary, exministro de Relaciones Exteriores del gobierno del MAS,  opinó que el Ejecutivo es el que quiere afectar las elecciones y  que una muestra de ello son las recientes reuniones que el ministro Murillo sostuvo en Estados Unidos con el secretario general de la OEA Luis Almagro  y miembros del Departamento de Estado.