Medio: El Día
Fecha de la publicación: sábado 03 de octubre de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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En este contexto, hay tres protagonistas: El Movimiento Al Socialismo, Comunidad Ciudadana y Creemos. El MAS, con Luis Arce y Choquehuanca como candidatos, ha estado liderando las encuestas, segundado por el binomio de CC, Carlos Mesa y Gustavo Pedraza. Le sigue en ascenso, Fernando Camacho y Marco Pumari. Otros candidatos de poca monta, ni cuentan ni corren.
Luis Arce, exministro de economía de Morales, es corresponsable del manejo del auge económico que Morales derrochó a manos llenas en corrupción, aviones, canchitas de futbol y megaproyectos. Estos se han convertido en elefantes blancos que no rinden beneficios ni público ni privado, por ejemplo, la construcción del museo personal del expresidente. La oposición consideró la obra como parte del culto a la personalidad de Evo, y no una señal de un gobernante responsable. Es un símbolo a su megalomanía, machismo y delirio de grandeza. Su construcción costó 7 millones de dólares del erario nacional.
Carlos Mesa confía en que Santa Cruz es el nuevo centro político y la locomotora económica. Propone un programa que plantea seis puntos: economía, salud, modernización del estado, justicia, medio ambiente y educación. Ha detallado su plan de cuatro pilares: economía sostenible, transformación social, transformación democrática y régimen tributario. Subraya la urgencia de reconstruir la economía: principal preocupación de la gente, los ingresos, el empleo, el apoyo a los sectores más golpeados de la pandemia y el mejoramiento de la salud.
Una tercera fuerza evidentemente es Camacho. En la comunidad internacional no se entiende su obstinación de quedarse para dividir a los electores, imperdonable. Sabiendo que con la dispersión del voto el único que se beneficiará es el MAS. En el Occidente, su agresividad provoca inquina y controversia; a tal punto que da la sensación de que incita al posicionamiento de cambas contra collas, craso error.
Él es el nuevo mesías, la otra cara de la moneda de lo que hacia Evo Morales. Además, pensar de que con el voto mayoritario en Santa Cruz, alcanzaría influir el resultado a su favor a escala nacional, es un error de juicio y de números. Después del 18 de octubre será recordado como un valiente provocador que se ahogó en la espuma de su bravura.
El país no necesita nuevos caudillos ni de derechas ni de izquierda. A decir verdad, lo que falta son estadistas con grandeza y visión de futuro, y no caudillos que se aprovechen de los sentimientos de la gente en las crisis sociales y políticas. No vale prometer el paraíso a los pobres en los cabildos y cuando están en función de gobierno, defienden mezquinos interés de grupos económicos o de clanes familiares. Los caudillos populistas de izquierda y de derecha son cortados con la misma tijera.
También se le cuestiona a Camacho su participación en el gobierno de la señora Añez, con algunos ministerios y puestos claves en la administración pública, Impuestos Nacionales, Entel, etc. Por las improvisaciones y actos de corrupción se sembró la duda. Por que en ese momentos sus amigos eran parte del gobierno.
El grito de resistencia en la ciudad de los anillos era, “¿Quién se rinde? ¡Nadie se rinde! Evo de nuevo, ¡huevo carajo!”. El paro de los 21 días despertó el entusiasmo del pueblo cruceño, en especial de los jóvenes. Lo recorría en mi bicicleta y me encontré varias veces con Gustavo Pedraza, activo en las rotondas de Santa Cruz; mientras Camacho pronunciaba emotivos discurso en el Cristo, pidiendo con la Biblia en la mano la renuncia del presidente.
Entretanto, Carlos Mesa y Gustavo Pedraza sostuvieron el pulso al MAS en las urnas que, a pesar del fraude electoral, se colocaron en segundo lugar. Eso le permitió al pueblo boliviano exigir una segunda vuelta, que al final concluyó con la anulación de las elecciones y la renuncia y huida de Evo Morales. Por tanto, el triunfo por la democracia no se debe a la acción de un solo hombre, sino a la lucha colectiva de todos los estamentos del pueblo boliviano, comités cívicos, agrupaciones políticas y religiosas, jóvenes, mujeres, transportistas, juntas vecinales, barrios populares, gente del campo, policías y militares.
El Oriente como centro neurálgico de la economía del país tiene todo el derecho de aspirar a dirigir los destinos de la nación. Desde esta perspectiva, las actuales elecciones brindan a Santa Cruz la posibilidad real de llegar al poder a través de la candidatura de Carlos Mesa y Gustavo Pedraza. Si Comunidad Ciudadana gana, tendremos un buen vicepresidente y presidente del parlamento, “el Camba Pedraza”; además, de acuerdo a la Constitución, será el encargado de coordinar acciones de la política del poder ejecutivo con los gobiernos regionales.
Santa Cruz es una urbe que en su variedad y diversidad se ha constituido en la síntesis del país y, al mismo tiempo, en el espíritu cosmopolita de la otra cara de Bolivia, en esta elecciones presenta dos candidatos cambas.
Por un lado, Camacho, que representa a la nueva burguesía cruceña, propietarios de agencias de seguros y supermercados, conglomerados inmobiliarios y bancos; un joven ambicioso, pero todavía sin experiencia.
Por otro, Pedraza, quien es el reflejo del camba de a pie, sencillo y maduro, que simboliza la gente del campo y de los barrios, a jóvenes emprendedores, a los cañeros, a los agricultores que trabajan de sol a sol. Eso sí, también tiene una excelente preparación profesional, titulado como abogado de la UAGRM y especializado en gestión pública y desarrollo en la Universidad de Harvard, considerada uno de los centros académicos más importante a nivel mundial. Arrastra además, una sólida y estable experiencia laboral en el país y en el exterior.
Al final, será el voto ciudadano que el 18 de octubre en las urnas, decidera el destino de nuestra patria.