Podemos llenar un par de carillas a renglón seguido y con letra chica sobre las barbaridades cometidas con fondos del Estado que el propio Arce tenía que justificar, para eso era el cajero, incluidos los fondos para “su palacio de economía”, con alfombras persas, vidrios blindados, su “dominio en el Banco Unión”, etc.; Arce estaba seguro de que él tenía derecho a “algo” de lo que había hecho por Morales.
Lejos están ambos del “relato creíble”; EL DEBER publicó, hace unos días, que “las cuentas en Facebook de Arce y Choquehuanca se administran desde Argentina y Bolivia”, es decir, lo que se dice en esos sitios, la campaña en sí, sigue estando bajo la vigilancia de Morales que, huido o no, se encarga de que se publique lo que él quiere o lo que “otro entorno” define.
A la prueba me remito: a Arce lo “gestionan” 7 personas en Argentina y 3 en Bolivia; a Choquehuanca 2 en Argentina y 2 en Bolivia, es decir, no existe absolutamente ninguna independencia entre uno y otro y, mientras no se prueba otra cosa, seguiré con la idea de que si Arce llegara a ganar la elección en primera vuelta, Morales no se va a tomar un avión para volver “al día siguiente”, sino que entrará por tierra, y desde Tarija arrastrará gente a su paso para llegar a La Paz con cientos de miles de seguidores para mostrar que él es la encarnación del famoso “volveré y seré millones”, como escribió o dijo en algún momento de su largo destierro.
Faltan poco más de 20 días para elecciones y seguramente tendremos varias encuestas que tensionarán a los incrédulos y fanáticos de ambos lados; esos son muy difíciles de trabajar desde la racionalidad… porque el fanatismo los aferra a su idea y son obsesivos en la misma y, como no pueden cambiar de tema o de idea, tampoco podrán cambiar de opinión, pero esa es otra cosa de la que habrá que hablar cuando la tormenta pase (si pasa).
¿Por qué insisto en escribir sobre Morales? Porque sigue siendo la figura política en el país, se quiera o no, es así; los de su candidatura son simplemente un “mientras tanto”, de manera que hay que mirar por encima de ellos, para saber exactamente de lo que se trata el futuro que nos puede esperar si la idea del voto útil no se entiende.