Medio: Jornada
Fecha de la publicación: jueves 24 de septiembre de 2020
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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«Cuál es la autoridad que tiene el Gobierno argentino para hacer de la intromisión la clave de su política exterior hacia Bolivia y cuál es la autoridad que tiene para amparar una conspiración violenta de Evo Morales contra la democracia boliviana», preguntó la mandataria en un discurso grabado.
Áñez cuestionó una supuesta autoridad que se arrojaría el Gobierno argentino para «para ofrecer impunidad » a Evo Morales, que desde diciembre pasado está en Argentina.
El expresidente afronta procesos penales ante la Justicia «por violación a los derechos humanos, por violaciones sexuales contra niñas o mujeres menores de edad», subrayó Áñez, que se refirió a Morales como un «exdictador».
«Sepa el populismo kirchnerista que la nación boliviana no es propiedad privada de ninguna casta, la democracia boliviana se respeta, el pueblo boliviano se respeta», enfatizó la mandataria.
Áñez dijo que el caso de la relación con Argentina «es distinto» a diferencia de Cuba, país con el que admitió que hay diferencias ideológicas, pero se lleva un vínculo con «el debido respeto y la cortesía».
La jefa de Estado asemejó a las acciones del Gobierno argentino con el de las «castas populistas», ya que consideró que utiliza «métodos francamente abusivos para sostener sus planes, el poder y sus posiciones contrarias a la libertad».
El Gobierno mantiene una relación con muchas fricciones desde el momento en que el expresidente Evo Morales llegó a ese país para solicitar refugio a fines del año pasado, desde donde ejerce como jefe de campaña de su partido el Movimiento al Socialismo para las elecciones de octubre.
En el inicio de su intervención, Áñez mencionó que los caminos que América Latina tiene por delante no son los de izquierda o derecha, estatismo o neoliberalismo ni socialismo o capitalismo, sino el de elegir entre la «libertad» y la «opresión».
«Admitamos que América Latina no ha superado la amenaza autoritaria» y que permanece la amenaza de «proyectos del populismo caudillista y autoritario», enfatizó.
Áñez invitó a los países del mundo a observar el proceso electoral del próximo 18 de octubre, que dijo será «limpio y sin fraude».
En la parte final de su discurso, la presidenta se refirió a la centenaria demanda marítima ante Chile por un acceso soberano al océano Pacífico, con un «llamado a la comunidad internacional» para solucionar por la vía de la negociación los temas pendientes.