Medio: El Diario
Fecha de la publicación: jueves 24 de septiembre de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Es así que este personaje se reprodujo en el mando del Estado en dos elecciones, pero al contemplar que la ciudadanía le volcaría la espalda como en el referendo del 21 de febrero de 2017, recurrió al fraude el 2019 en su tercer intento de prórroga, oportunidad en que la maniobra fue puesta en evidencia.
Cerrado este capítulo, las interrogantes inmediatas son muchas. La más esperada es conocer si varias o algunas de las ocho candidaturas en carrera electoral declinarán sus pretensiones para plegarse a la opción con mejores posibilidades de ubicarse en un sitial expectante e imponerse sobre el MAS con el 10% de los votos o más en el escrutinio general o al menos en la segunda vuelta. Dichas postulaciones no tienen opción de lograr un mínimo de votos, conforme a las encuestas difundidas.
Frente a esta disyuntiva, el señor Camacho de Creemos manifestó que no apoyará al candidato Carlos Mesa —con mejores posibilidades— por ninguna circunstancia. Sin embargo, no argumentó los motivos de su radicalidad. Esta postura se constituye de hecho en el mejor aliado del MAS, al facilitarle la posibilidad de triunfar, en momentos en los que el criterio predominante es la unión de las fuerzas contrarias al partido de Morales.
En estas perspectivas negativas para la democracia al presente y a futuro, se halla todavía la situación de los votos indecisos, como los que se anotan en el voto blanco, el nulo y el “no sabe, no responde”, que oculta su verdadera preferencia. Hay que esperar que éstos reflexionen profundamente sobre su responsabilidad y no contribuyan a encaramar nuevamente a la dictadura, error del que después pueden arrepentirse, según ha ocurrido ya por confesión de mucha gente no hace mucho. Su opción debería ser el “voto útil”, frenando el regreso a las prácticas viciosas de catorce años.