Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: sábado 19 de mayo de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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“La posición mayoritaria fue que aquí en Bolivia hay un referendo. El 21F ha sido una decisión ciudadana y por lo tanto hay que defenderlo activamente, porque el primer rasgo de la democracia es el derecho al voto y el respeto a las leyes”, explicó la representante del colectivo, Sonia Montaño. “El respeto al 21F, para nosotras, es fundamental”, agregó.
Montaño explicó que el encuentro fue una convocatoria del CIDEM, “que forma parte del movimiento feminista pero que se está intentando rearticular a nivel nacional”. El tema central de la reunión “fue el cruce entre feminismo, democracia y derechos humanos” y el “énfasis fue cómo entendemos las feministas bolivianas este contexto”.
La reunión contó con la presencia de mujeres, cuyas edades van desde los 20 hasta los 80 años. “Había mujeres que habíamos transitado antes del proceso de cambio, ya en movimientos feministas y mujeres que no habían nacido cuando se recuperó la democracia”, contó Montaño. Participaron también personas que llegaron de departamentos como Tarija, Cochabamba y Santa Cruz.
En el encuentro, entre las preocupaciones estuvo que “el movimiento feminista, había sufrido una especie de derrota en los últimos 12 años, en vista de que nuestras organizaciones han perdido recursos, legitimidad, voz pública y si no te adscribes al proyecto gubernamental, difícilmente podíamos convocar y organizar”.
“Entonces, lo que se concluyó es que hay que establecer este grupo de debate y diálogo permanente, pero que hay como unos mínimos inmediatos”, indicó Montaño.
El “primer mínimo”, dijo la especialista, es una reflexión autocrítica, respecto a los movimientos de mujeres en Bolivia, “que hemos quedado silenciosas ante la violación de los derechos humanos de mujeres y de hombres”.
El segundo mínimo –afirmó Montaño– fue poner de manifiesto “que si bien hay avances en las leyes y en la normativa, claramente en una sociedad donde no hay estado de derecho, donde no se respeta la libertad de expresión, difícilmente se puede considerar una conquista el que la mitad de las mujeres estén en el poder”.
Indicó que es una “paradoja” que a pesar de tener un gobierno con
una gran presencia de mujeres, y muchas ellas de trayectoria dentro del
movimiento, el precio que pagaron para estar en el poder haya sido
“su silencio” frente a temas como la reelección.