Medio: El Diario
Fecha de la publicación: miércoles 23 de septiembre de 2020
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Asamblea Legislativa Plurinacional
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Esa autoridad lo hizo, por supuesto, cumpliendo órdenes provenientes de Buenos Aires, pues hasta entonces su figura parlamentaria había sido despreciada por el ex gobernante cocalero, autor de estupros y violaciones. Ella misma denunció que nunca le habían permitido usar la palabra por temor a que se desvíe de la línea anarco-populista que había sentado sus reales en Bolivia, con la seguridad de quedarse para siempre en el poder, como se atrevió a asegurarlo el anterior inquilino del Palacio Quemado.
Promulgó (16 de septiembre) la ley sin que el Estado tenga la cantidad necesaria de fondos económicos para cubrir el gasto de alrededor de 50 millones de dólares o más, o que los saque de donde haya, para satisfacer el rapto de “generosidad” ordenado por teléfono, con el indisimulable objetivo de inducir a la primera mandataria al error y sirva de base para un juicio de responsabilidad que produzca su alejamiento y, entonces, la silla presidencial la ocupe la senadora voluntarista.
Existe seguridad de que dicha promulgación del bono de mil bolivianos a un sector de la población boliviana no tiene respaldo y el Banco Mundial y el BID reiteraron que el crédito no estaba destinado a ese fin, bono convertido, por lo demás, en bandera demagógica para ganar votos por sugerencia del antipático Luis Arce Catacora, candidato presidencial que heredó la práctica del libre albedrío y “meterle nomás”, instaurada por el abuso de poder de la satrapía excretada.
Nadie se apone a un bono humanitario, pero es imprescindible que tenga respaldo económico y no se base en nuevos endeudamientos, siendo preferible que esos fondos más bien vayan a inversiones que producen renta y benefician al pueblo en forma indefinida, como ser un hospital.
El inútil endeudamiento promulgado por la senadora del libre albedrío es un delito de malversación de fondos y falta de respeto al pueblo boliviano. La autora del mencionado bono no es, por tanto, respetuosa y respetable.