Esto confirma que el candidato no se ha enterado que aquel fenómeno, un fenómeno mundial, fue efecto de un incremento desmesurado de la demanda china de todos los productos, desde petróleo hasta granos.
Todos los países del planeta se beneficiaron de ese boom. La pobreza se redujo en Asia, África y América latina, aunque un solo país decidió vanagloriarse de sus cifras: Bolivia.
En esos años, 300 millones de chinos dejaron de ser pobres, lo que no es para alegrarse mucho, pues los habitantes de ese país suman 1.400 millones.
Ahora, China está con una tasa de crecimiento muy baja. Ya no crece a 12%, sino solamente a 6%, si es que es cierto lo que dicen sus estadísticas.
Por lo tanto, ofrecer ahora un incremento de los ingresos por la exportación de materias primas es mentir, pero mentir en dos sentidos: no habrá aumento de los precios y no hay materias primas para exportar.
Si en 2001 el precio del gas de exportación era de 1 dólar por millón de BTU y luego llegó, en ese boom, a 14 dólares, es algo muy difícil de repetirse.
Fue ese ingreso, entre otros, el que dio lugar a que el gobierno del MAS, con la firma de su ministro de Economía, Luis Arce Catacora, despilfarrara un monto calculado en 160.000 millones de dólares.
Por lo tanto, lo que habría que pedirle al candidato es que si lograra que se repita aquel boom de precios, se comprometa desde ahora a no despilfarrar los ingresos que se generarían.
Ofrecer es fácil, lo difícil es cumplir. Pero si ofreces el milagro de hacer que los precios suban, tendrías que comprometerte a no hacer lo que hiciste en los años del anterior boom.
Si es preciso montar una planta de urea, que cuesta 960 millones de dólares, no la destines al Chapare, sino a lugares más aptos para la exportación.
Y hay un problema adicional: el país no tiene gas para alimentar esa planta, ni siquiera para la separadora de gas que se instaló, con igual alegría, en Yacuiba, a un costo de 700 millones de dólares.
Si vas a pensar en el litio, habría que decirle al candidato. no vuelvas a confiar el proyecto a unos militantes del partido comunista chino, que en diez años gastaron 600 millones de dólares y no hicieron absolutamente nada.
En suma, que la campaña del candidato Arce Catacora tendría que consistir en admitir sus errores, garrafales errores, y ofrecer cumplir un acto de enmienda: nunca más hacer lo que hizo.
Tendría que hacerlo ante notario. Pero deberá tener cuidado, porque si admite sus errores pasados, podría ser remitido a la cárcel, y el país se quedaría sin un candidato que, por lo menos, ameniza la campaña.