Medio: El Día
Fecha de la publicación: domingo 20 de septiembre de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Los historiadores y sociólogos pueden enojarse por esta categorización, pero la votación de 2005 pudo haber sido la más significativa, de no haber sido porque le abrió las puertas al régimen más cleptómano que haya gobernado este país y el 18 de octubre iremos todos a votar justamente para evitar el retorno de esa delincuencia organizada o para decirle al mundo que Bolivia quiere la destrucción.
La decisión de Jeanine Añez nos debe servir para poner en contexto este episodio; para despertar de la falta del sentido de la realidad en la que estamos muchos bolivianos, sin advertir el peligro que estamos enfrentando, pues si el cocalero vuelve, en lo que único que invertirá su tiempo será en la venganza y en convertir a Bolivia en un gigantesco campo de concentración, como ha hecho Maduro con Venezuela.
Cualquier cosa que hagamos de aquí al día del sufragio y especialmente ese día tan importante, definirá nuestro futuro, la economía, el trabajo, la seguridad, que si bien están en muy mala situación, será peor si damos marcha atrás. El cocalero no fue capaz de edificar una salud y una educación decentes cuando sobraba la plata, menos ahora que escasea, que se multiplican los problemas y con dos tercios del país en contra.
Si todavía tiene miedo de ir a votar por miedo al contagio de Covid-19, piénselo nuevamente. La gente está saliendo a las calles a trabajar, a buscárselas como puede, a sobrevivir y precisamente acudir a las urnas ese día es una cuestión de supervivencia, es un asunto que marcará nuestro porvenir, así estemos en la situación más humilde.
Está bien pensar en un gobierno diverso, con un Poder Legislativo pluralista, pero eso es cuando hay respeto por la democracia, cosa que no ocurrirá con el MAS, para el que la victoria propia vale todo y la ajena no vale un comino. Recordemos lo que pasó con el referéndum del 2016 y con las elecciones del 2019. Ellos no respetan el voto de los demás, no quieren convivir pacíficamente con ninguno que no sea narcotraficante o miembro de alguna organización criminal. Lo mejor que pueden hacer los políticos ahora es encontrar la fórmula para que la democracia gane de tal manera que nadie pueda cuestionar.
El voto del 18 de octubre debe representar la unidad y la fuerza de un pueblo que confía en un nuevo rumbo, el que marcaron los valientes ciudadanos que lucharon contra el fraude y que obligaron al cocalero a huir. Cada uno sabe qué rol está cumpliendo ahora para seguir en democracia o permitir que caigamos nuevamente en el pozo de la dictadura. Todo ellos deben sentirse interpelados.
El voto del 18 de octubre debe representar la unidad y la fuerza de un pueblo que confía en un nuevo rumbo, el que marcaron los valientes ciudadanos que lucharon contra el fraude y que obligaron al cocalero a huir. Cada uno sabe qué rol está cumpliendo ahora para seguir en democracia o permitir que caigamos nuevamente en el pozo de la dictadura. Todo ellos deben sentirse interpelados.