La cuestión es que Luis Arce está llegando al 40%, según TVC-Jubileo, fundación poco sospechosa de ser pro-bolivariana, y Mesa necesita al menos llegar a ese 35% no reconocido de 2019 para forzar una segunda vuelta en la que todas las encuestas lo dan por ganador ante el MAS, aún sin balancear el voto de Chi Hyun Chung. Para ello debe operar el fenómeno del “voto útil”, que Ivana Torrico, analista política, considera que funcionará en esta ocasión aún más que en la de 2019, donde resultó decisiva al derrumbar las expectativas de Óscar Ortiz (la versión 2019 de Demócratas – Juntos) del 10% al 4%.

Vigmar Vargas, Andrés Gómez y otros analistas advierten que la retirada de Áñez no supone un trasvase inmediato de votos hacia el candidato no masista con mejor intención de votos, que según las encuestas es Carlos Mesa, sino que buena parte se acomodará, al menos inicialmente, en las tesis de Luis Fernando Camacho, quien coincidía con Áñez en la “mano dura” contra el MAS, pero también por los aspectos territoriales: es la otra candidatura cruceña.

La encuesta de Tu Voto Cuenta da pistas sobre eso: La segunda opción del 61% de los votantes de Jeanine Áñez 61% dijeron que votarían por Carlos Mesa y un 26% se iría con Camacho. Con todo, los datos todavía son difusos. Ni Mesa, ni Camacho, ni mucho menos Luis Arce, celebran la decisión.