Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 14 de septiembre de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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¿Cómo se explica el hecho de que, de acuerdo a encuestas, Creemos y Juntos tienen mayor preferencia electoral y Comunidad Ciudadana ya no representa el voto útil en Santa Cruz?
La teoría política (G. Pasquino, 2004) nos ayudará a entender. Aclarar la diferencia entre voto sincero y voto estratégico (útil) permitirá dar un paso: el voto sincero se refiere al ciudadano que no se plantea un problema específico u otra consideración y sólo se inclina por su candidato y partido preferido más allá del momento. El voto estratégico significa que el votante tiene un objetivo específico: vota a candidato ganador, manifiesta un disenso, o apoya a un partido sólo porque le favorecerá con una determinada política pública.
Hecha esta salvedad, se reconocen como elementos determinantes de los votos sinceros y estratégicos: identificación con un partido, cuestiones o problemáticas coyunturales predominantes, y personalidad o imagen de los candidatos. Ahora que tenemos la batería conceptual necesaria, es posible explicar la falacia del “voto útil” en Santa Cruz en el proceso electoral 2020.
La identificación partidaria e imagen de candidatos explican a los posibles votantes sinceros de Creemos y Juntos y su predominio de ambas agrupaciones en el espectro político-ideológico de Santa Cruz. Sin embargo, en el 2019 la problemática coyuntural predominante y el objetivo específico eran el continuismo (no respeto al 21-F) y que se vaya Evo, por tanto, el voto útil a favor de Comunidad Ciudadana tenía razón y sentido.
Cuando, además, Morales Ayma -como líder indiscutible del MAS- tenía muchos votantes cruceños identificados con su partido y eran amantes de su imagen en condición de candidato, lo que actualmente no puede disfrutar Lucho Arce.
Ahora bien, la identificación partidaria con Creemos y Juntos y la preferencia con la imagen de Camacho y Añez en Santa Cruz supone que, quienes tienen la intención de votar por ellos responden a una decisión inmóvil, sin importar lo que dicen o hacen en campaña. Aquí juega mucho el hecho de la condición de nacimiento de ambos candidatos (región oriental) y el carácter confesional contenido en sus respectivos discursos políticos, no necesariamente por ser mujer o joven.
Es decir, se superponen y disputan la prevalencia en una corriente política que viene desde la derecha, que de forma muy débil fue representada por Bolivia dice No en 2019. videntemente, la pasión ideológica (identidad e imagen) que representan Camacho y Añez no abarca todo el territorio nacional, sólo Santa Cruz y Beni.
Por tanto, Comunidad Ciudadana a pesar de que su candidato a la vicepresidencia, Gustavo Pedraza, proviene de una provincia cruceña con poder económico (Montero), hoy no representa el “voto útil” en Santa Cruz, cuando Evo ya no es candidato a nada.
En conclusión, las circunstancias cambian de un año para otro, y con pandemia por medio, la marcada fragmentación entre Juntos, Creemos y Comunidad Ciudadana en Santa Cruz, es una situación política que genera dudas respecto a la posibilidad de que alguna agrupación partidaria obtenga una mayoría parlamentaria suficiente en la asamblea para gobernar sin formar una coalición.