En octubre del año pasado fue justamente Santa Cruz el que se volcó masivamente a bloquear la reelección de Evo Morales y le dio al candidato de Comunicad Ciudadana, Carlos Mesa el apoyo que necesitaba para forzar la segunda vuelta. Fue aquí donde se produjeron las cifras que pusieron en evidencia el fraude monumental que tuvo que hacer el MAS y obviamente, fue esta región donde se inició la defensa del voto que provocó la insurrección ciudadana, la renuncia y posterior huida del ex mandatario.

Con todo lo que ha ocurrido desde aquella vez, es también en Santa Cruz donde el MAS ha perdido más peso y de acuerdo a las tendencias que surgen de las encuestas, es probable que la votación del partido azul pueda reducirse a la mitad de la que obtuvo hace un año. En contraparte, el panorama de las fuerzas contrarias no es muy alentador, pues además de que Carlos Mesa no cuenta con el mismo respaldo, el voto contrario al cocalero se ha fragmentado, fenómeno que no sólo compensa la erosión sufrida por el masismo, sino que lo favorece en el conteo general.

Todavía falta algún tiempo para ir a votar y se conocerán más encuestas que ayuden entender lo que está ocurriendo en el electorado y el daño sufrido por cada uno de los partidos en este maremágnum de equivocaciones y torpezas que se vienen sucediendo, en un marco de desesperación por la crisis política y el manejo de la pandemia que ha dejado como saldo una inmensa dosis de desconfianza en la población, castigo que le toca a todos, de lo contrario no sería tan grande la porción de indecisos.

La gran incógnita de los que observan y tratan de interpretar esta realidad es si volverán a funcionar las estrategias de campaña que condujeron a los resultados que hicieron posible dejar en posición adelantada a la dictadura, denunciarla ante la comunidad internacional y finalmente correrla del país.  

Todos tienen los ojos puestos en Santa Cruz, anidan las esperanzas de que sea nuevamente esta región la que lidere la resistencia y realice las definiciones que hacen falta para evitar que Bolivia vuelva a caer en las garras del régimen contrario a la libertad que le hizo tanto daño a la locomotora productiva nacional.  En 14 años, los cruceños fueron los únicos que no cambiaron de rumbo y que no se dejaron vencer, pese a tanta persecución e injusticia. Esta vez también pondrá la parte que le corresponde, pero eso dependerá de la nueva actitud que deben asumir las fuerzas políticas nacionales respecto de este departamento.

En 14 años, los cruceños fueron los únicos que no cambiaron de rumbo y que no se dejaron vencer, pese a tanta persecución e injusticia. Esta vez también pondrá la parte que le corresponde, pero eso dependerá de la nueva actitud que deben asumir las fuerzas políticas nacionales respecto de este departamento.