Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: lunes 07 de septiembre de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Bolivia ha comenzado a vivir la campaña proselitista en medio de la pandemia del coronavirus. Desde el domingo, los candidatos pueden recorrer las calles con sus propuestas, siempre que cumplan con las medidas de bioseguridad. Esta es la temporada en la que los ciudadanos deben recoger información necesaria para poder decidir sin presión alguna el 18 de octubre. Es un tiempo para erradicar miedos y chantajes.
Bolivia celebrará en octubre 38 años de democracia ininterrumpida. Una vez más este mes estará signado por la historia. Los octubres están nutridos de una fuerza marcada por el cambio. En 2019, el país se movilizó para exigir respeto a las leyes a los gobernantes que pretendían enquistarse en el poder; era una exigencia dirigida a ese grupo gobernante que se había definido a sí mismo como una singular aristocracia, altamente ideologizada y caudillista.
El orden establecido durante esa aristocracia azul socavó las bases de la democracia. Sutilmente se fueron restringiendo las libertades ciudadanas, pues mientras el caudillo tenía la posibilidad de atacar a sus adversarios a través de todos los medios, las fuerzas democráticas estaban restringidas. Los medios de comunicación estaban controlados por una estrategia de estrangulamiento ejercido desde la asignación de la pauta.
Los medios del Estado, junto con otros privados que eran cuidadosos a la hora de cuidar la imagen del ‘Jefazo’, se convirtieron en órganos de propaganda oficial. El culto a la personalidad del líder fue una constante y no hubo ningún poder institucional que fuera capaz de sancionar esa estrategia, que fue intensificada durante los tiempos de campaña. Los anteriores administradores del Tribunal Supremo Electoral (TSE) saben bien cómo operó esta estructura que debilitó la institucionalidad del país.
La experiencia será inédita, pues también debe sortear los retos de salubridad. El ciudadano tiene el derecho de recibir toda la información posible de las opciones que están en carrera y los medios deben aportar a ese objetivo a merced de las técnicas periodísticas necesarias para documentar este proceso histórico en el país.
Pero, además, será un ejercicio muy importante para que el ciudadano valore un proceso pacífico y con mayores posibilidades de recibir información que, finalmente, aportará en la definición de su voto. Las amenazas de bloqueos y protestas ya no pueden considerarse una herramienta de lucha, pues este año se demostró que se mecanismo ya es un “crimen de lesa humanidad”.
El país espera mucho de los políticos que tercian hoy en los comicios. Sus propuestas, que ya no pueden ser mediatizadas por esos anuncios de convulsión social, deben apuntar a mejorar las condiciones de la salud, a luchar contra la corrupción, pero, sobre todo, a construir una nación capaz de aprender de sus errores y mirar adelante, siempre en democracia.