En una carta enviada al encargado de Negocios de Argentina en La Paz, Diego Garcés, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, expresa su «extrañeza» por un mensaje publicado en Twitter por el subsecretario argentino de Obras Públicas, Edgardo Depetri, tras su reunión con el expresidente Evo Morales.

En el citado mensaje, Depetri se compromete a «fortalecer la participación de migrantes bolivianos, en la elección presidencial, para que Bolivia vuelva a ser un país libre y democrático».

El tribunal consideró que se trata de una «abierta injerencia de autoridades argentinas» en el proceso electoral boliviano, «contraria a las normas y buenas prácticas electorales internacionales».

Por ello, el organismo electoral solicitó al Gobierno argentino «evitar cualquier tipo de acciones, actividades o declaraciones que influyan sobre la orientación del voto de los ciudadanos bolivianos».

Previamente, la Cancillería boliviana envió una nota al TSE manifestando su preocupación por la «posible injerencia» de autoridades argentinas en el proceso electoral.

No es la primera vez que un poder del Estado boliviano protesta ante Argentina desde que llegó a ese país el expresidente Evo Morales, quien desde Buenos Aires ejerce de jefe de campaña de su partido el Movimiento al Socialismo (MAS) para los comicios en Bolivia.

El Gobierno de Jeanine Áñez ha presentado varias quejas al país vecino por lo que considera injerencias en asuntos internos bolivianos.

La más reciente se debió a un pronunciamiento que el Ejecutivo calificó de «intencionalmente engañoso» del Gobierno de Alberto Fernández sobre un informe de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (Oacnudh) relativo a Bolivia.

Morales tiene afinidad política con Fernández y su vicepresidenta, Cristina Fernández, de quien también fue aliado cuando gobernó Argentina.