Medio: El Diario
Fecha de la publicación: miércoles 19 de agosto de 2020
Categoría: Conflictos sociales
Subcategoría: Marchas, bloqueos, paros y otros
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El bloqueo de carreteras de trece días a cargo de los “movimientos sociales” se efectuó por grupos seguidores del ex presidente Evo Morales y estuvo lejos de haber sido un movimiento espontáneo, su planificación y método de ejecución lleva la rúbrica del ex jefe del Estado. No en vano se demostró las instrucciones impartidas por Morales a su militante Yujra, luego de haber huido del país. Los dirigentes de la COB una vez más sirvieron de mascarilla y etiqueta de lo que fue inobjetablemente una conmoción subversiva para desalojar de Palacio de Gobierno a la actual presidenta.
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Por su parte, el “Pacto de Unidad” es otro cartel artificial, revestido de supuesta “unidad” del campesinado con el proletariado, con fines impresionistas. El Pacto de Unidad se adoptó a mitad de los pasados 14 años de gobierno. Los extremos y radicalidad del bloqueo desvelan que su propósito focal y último era abrir la sucesión de Eva Copa a la presidencia, puesto que se trata de la presidenta del Senado. Estos planes de momento solo han sido adormecidos. De ese modo el MAS trazó el camino de su reposición al poder.
El partido gestor de los hechos, a varios días de iniciado el bloqueo cambió el discurso, por boca de Juan Carlos Guarachi, sobre las elecciones impostergablemente para el 6 de septiembre como disponía una ley. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) fijó el 18 de octubre como nueva fecha. Según la COB el discurso iba más allá de le fecha y pretendía al mismo tiempo la revisión de la clausura del año escolar, censurar la corrupción y pedir mejores condiciones antivirus. De hecho todos miraron muy tardío este giro argumental.
Preparatoriamente a los acontecimientos, se había hecho una sostenida prédica en el campo en sentido que detrás de los sucesivos cambios del día electoral había un plan de prórroga del Gobierno Transitorio. En los espacios donde el MAS tiene audiencia, este ejercicio se mentalizó. El embuste formó parte de la estrategia del anterior régimen por 14 años, pero con arraigo de credibilidad en esos ámbitos. Es un terreno abonado por la propaganda de agentes originarios propios del MAS que, además, aprovechan la ignorancia y desinformación de larga expansión en el agro.
Todo el peso de la postergación del evento hasta el 18 de octubre se descargó en el presidente del TSE, Salvador Romero. Este era el “Chivo Expiatorio”, aunque la finalidad consistía en el cambio de gobierno. El Ejecutivo también lo señaló como responsable de la situación y contra quien debían dirigirse las protestas.
Todo el desbarajuste --también atentatorio contra la vida de muchos pacientes de Corona Virus-- terminó con una ley ratificatoria del 18 de octubre para el acto electoral. Un daño causado a la población para llegar a lo mismo. Este embrollo es ilógico por donde se lo vea, pero las condiciones políticas endémicas del país crean oportunidades que parecen inagotables.
