Esa actitud le puso un signo de interrogación al diálogo que arrancó el sábado en dos frentes paralelos, uno impulsado por la convocatoria de la presidenta Jeanine Añez y otro por el legislativo, presidido temporalmente por el senador Milton Barón.
Mediante comunicado, la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, convocó a un diálogo el domingo a autoridades electorales y a actores políticos y sindicales para "confirmar la fecha electoral y suspender los bloqueos que están impidiendo el paso de oxígeno para los pacientes con Covid-19".
Áñez aludió a los comicios generales aplazados por segunda vez y previstos para el 18 de octubre, y a las protestas en rechazo a esa decisión que se desarrollan desde el lunes en seis Departamentos del país.
"Este diálogo debe tener como observadores a los miembros de la Iglesia Católica", añadió la jefa de Estado.
Por su parte el Poder Legislativo, de mayoría opositora, encara también otra acción pacificadora cuyo primer resultado fue una reunión con el presidente del Tribunal Electoral, Salvador Romero, con quien se acordó que la fecha de elecciones generales será definida mediante una ley.
La instancia legislativa concertó también una reunión con los grupos opositores afines al expresidente Evo Morales (2006-2019) que mantienen varios cortes de ruta exigiendo que los comicios generales se celebren el 6 de septiembre.
Luis Arce, candidato presidencial por el Movimiento al Socialismo (MAS), partido del expresidente Evo Morales, condicionó la aceptación del 18 de octubre como nueva fecha de elecciones a la aprobación de una ley, al compromiso de no volver a modificarla y a que el acuerdo final tenga aval internacional.
En algunas zonas de Santa Cruz se registró enfrentamientos entre quienes bloqueaban las vías y grupos rivales. El gobierno también denunció que opositores que mantienen los cortes saquearon camiones que transportaban alimentos.
Ante el aumento de las tensiones, las autoridades bolivianas advirtieron sobre el uso de las fuerzas de seguridad para poner fin a los cortes de rutas.
Los bloqueos están provocando no sólo cuantiosas pérdidas económicas, sino también riesgos sanitarios, pues impiden el paso de cisternas con oxígeno medicinal vital para atender a pacientes con coronavirus y con otras patologías.
Con 11 millones de habitantes, Bolivia registra casi 88.000 contagios de coronavirus y más de 3.500 fallecidos.