Medio: El Diario
Fecha de la publicación: viernes 07 de agosto de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Según el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, se sorprendió en pleno cohecho a un individuo que portaba una gruesa suma de dinero e inclusive con la lista de quienes debían distribuirla. Pero esto no es todo, alguien solventa las volquetas que trasportaron tierra y arena para interrumpir los caminos y el costo de la dinamita explotada en estas acciones delictivas. No cabe duda que el financiamiento procede de la caja fuerte del MAS, dotada por la corrupción de 14 años y de los descuentos al salario de los funcionarios públicos y de ramas afines.
Los dirigentes de la COB dicen haber instruido el libre paso de oxígeno y medicinas. Este es un pedido de dientes afuera, simultáneamente se hacía volar todo un cerro en Samaipata entre Cochabamba y Santa Cruz, cortando cualquier comunicación y lo mismo en Sayari en el trayecto Cochabamba-Oruro. Por otra parte, en muchos lugares interrumpidos, los bloqueadores cotizan en metálico el paso del transporte de un tramo a otro, según dejan testimoniado sus pasajeros. Junto a centenas de camiones varados se encuentran los que conducen oxígeno, de vida o muerte para los pacientes del Covid 19 y también medicamentos. El saldo de este atentado criminal es trágico y lo será más. El Director del hospital de la CNS de Oruro ha revelado el deceso de varios de sus internos del virus por falta de oxígeno. Entretanto, en Palcoco los campesinos --presumiblemente pagados, nadie trabaja gratis-- han cavado zanjas para imposibilitar el suministro de oxígeno a La Paz y El Alto, procedente de la planta productora de las inmediaciones.
¿Es esto solidaridad, humanidad o acaso compasión para con los moribundos? ¿Se puede ver semejante cosa en medio de una pandemia que minuto a minuto crece? ¿En algún otro país del mundo se contempla un espectáculo siniestro semejante? El único fundamento es la exigencia insensata de que las elecciones se lleven a cabo en 6 de septiembre próximo. Este discurso abundó en boca del ejecutivo cobista Juan Carlos Huarachi. Ahora ante el repudio general dice defender la salud y luchar por el “hambre del pueblo”. Tal recurso demagógico no condice con la cuarentena pasada ni con las restricciones al horario de ventas de los que se refiere el dirigente, ya que se incumplieron ambas medidas y las ventas se realizaron con plena libertad. El mejor testigo es la población alteña.
Las ciudades están frente a una situación terrible; pronto los alimentos escasearán, los precios se incrementarán, la falta de carburantes paralizará todo tipo de transporte. Más allá de filosofías contemplativas se trata de una confrontación del campo contra los centros urbanos. El ex presidente Morales y su séquito fomentaron y alentaron este panorama de bolivianos contra bolivianos. Ojalá lo que sucede no sea el triste comienzo.