Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: jueves 06 de agosto de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Persistir en esos bloqueos mientras miles de bolivianos sufren el azote de la pandemia, constituye un acto despreciable de unos pocos dirigentes a los que no les interesa ahora, ni les interesó en el pasado, caminar sobre cadáveres para materializar sus propias ambiciones.
Las movilizaciones y episodios de convulsión como el que hoy tienen lugar, con frecuencia tuvieron el fin último de desatar episodios de violencia con el saldo de bolivianos muertos o heridos que luego se emplean, de la forma más siniestra, como estandartes en su lucha por el poder.
Y esta no parece ser la excepción. Solo que ahora, en el contexto de la pandemia, la instrucción de bloquear y organizar concentraciones humanas linda con lo criminal. Muchas personas resultarán contagiadas, algunas probablemente lleguen a perder la vida por causa de la enfermedad y otras están muriendo ahora en hospitales que requieren abastecimiento constante de insumos diversos y, en especial, de oxígeno. Abastecimiento que los bloqueos hacen imposible.
Es un atentado flagrante a la salud pública, cuyas gravísimas consecuencias son parte de una acción motivada por intereses puramente políticos que van más allá del rechazo a la postergación de las elecciones por seis semanas.
Todos en este país queremos un gobierno no transitorio y una nueva Asamblea que sean resultado de elecciones. Elecciones que tendrán lugar el 18 de octubre.
Los dirigentes que organizan y financian estas movilizaciones, exponiendo y enviando a sus bases al sacrificio como si fueran becerros, están jugando con la vida de seres humanos, de personas cuyas vidas son tan valiosas como la de cualquier boliviano.
La zozobra, las consecuencias sanitarias y las muertes que provocan estas movilizaciones revisten las características de una represalia por las que surgieron como resultado del fraude electoral del año pasado.
Y la actitud del Ejecutivo que, por la voz de su Ministro de Gobierno, pide que Tribunal Supremo Electoral “dé una vez por todas la cara al pueblo, se comprometa con claridad”, e invita a los movilizados a protestar en puertas de esa instancia es por de más inquietante.