Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: viernes 24 de julio de 2020
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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“El TSE ha resuelto fijar la fecha de la jornada de votación de la elección general el domingo 18 de octubre de 2020, con una eventual segunda vuelta el 29 de noviembre y una posesión de las autoridades en diciembre”, establece el pronunciamiento de la institución que leyó ayer su presidente Salvador Romero.
La decisión del TSE se dio después de que en las últimas semanas surgieran voces para posponer los comicios ante la escalada de casos de coronavirus en el territorio nacional.
El organismo electoral subrayó que la fecha del 6 de septiembre generó “controversias ásperas que han dividido al país”, y que lo importante es reagrupar a la nación en torno a una fecha de consenso que respete las variables científicas de la evolución de la pandemia y -puso énfasis- en el mandato constitucional de que las nuevas autoridades de los poderes Ejecutivo y Legislativo deben asumir sus cargos en 2020.
Sobre la escalada de la pandemia, el TSE manifestó que para definir la nueva fecha tomó nota “de la mayor cantidad posible de estudios y previsiones, tanto nacionales como internacionales”.
“Más allá de sus inevitables márgenes de incertidumbre, existe consenso en que el pico se situará en algún momento entre fines de julio y los primeros días de septiembre; por lo tanto, eventualmente, en una etapa cercana al 6 de septiembre. Es recomendable organizar la elección en la fase descendente de la pandemia para minimizar riesgos”, aseguró el ente electoral.
Luego, en rueda de prensa, Romero manifestó que para fijar la nueva fecha de votación el TSE consideró múltiples informes y proyecciones sobre la evolución de la pandemia; entre ellos comentó que se basó en un informe presentado por el Ministerio de Salud, en proyecciones de la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Washington, en evaluaciones que de manera periódica recibió el TSE de expertos y especialistas bolivianos, además de consultas a especialistas sobre la evolución de la epidemia en Bolivia.
Romero indicó que es la suma de esos informes técnicos y científicos lo que permitió al TSE tomar la decisión de posponer la fecha de comicios, la cual se plasmó en una resolución del ente electoral que fue aprobada ayer y que -subrayó- no requiere de una aprobación de la Asamblea Legislativa.
“El TSE tiene plena competencia constitucional y legal para fijar la fecha de la elección. Estamos actuando dentro de nuestras competencias y en el marco de la ley”, aseguró Romero.
Antes de la definición de la nueva fecha, el TSE llevó adelante dos procesos de diálogo para definir una fecha “idónea”; esa búsqueda de consensos se plasmó en dos proyectos de ley que remitió al Legislativo. El más reciente se tradujo en la definición del 6 de septiembre como el día de votación, fecha que fue descartada ayer.
Jean Arnault, enviado personal del secretario general de las Naciones Unidas, espera que la definición de la nueva fecha “contribuya a la más amplia participación posible en el proceso, la campaña y la jornada electoral”.
Arnault también manifestó su “plena confianza en el profesionalismo e independencia del Órgano Electoral Plurinacional (OEP)” y convocó a los líderes políticos y sociales “a propiciar un clima de respeto a la autonomía del OEP, exento de presiones indebidas”.
Por su parte, Ricardo Centellas, presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, calificó la postergación como una “buena medida”. “Es lo que más le conviene a la población boliviana y sobre todo creo que es una apuesta para que la democracia se consolide con una mayor participación de los bolivianos”, declaró a Unitel.
El TSE manifestó que la nueva fecha del día de votación genera “mayores condiciones” para la protección de la salud, facilidades de sufragio en el exterior, para llegada de misiones de observación internacional, entre otros beneficios.
Tras asumir la decisión, el organismo electoral exhortó a la ciudadanía, a los poderes del Estado, las fuerzas políticas y candidaturas, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación “a acompañar la decisión del TSE, demostrando así su respeto de las instituciones, su plena convicción y madurez democrática, y su alto sentido del bien común”.