Bolivia ciertamente se encuentra en un ascenso de contagios de Covid-19, con 64.135 casos confirmados a la fecha y un reporte diario promedio de 1.000 casos, por lo cual ir a elecciones generales en septiembre desató un debate entre fuerzas políticas del país, donde la más visible, el Movimiento Al Socialismo, pese a la emergencia de salud, fue firme en pedir un "gobierno legítimo" en septiembre.

Mientras que el Gobierno de Áñez amparado bajo la premisa de "la salud primero", optó por rechazar el 6 de septiembre y pedir una nueva fecha, muchos calificaron esta medida como "prorroguista".

Sin embargo, antes éstas dos fuerzas adversas, es que Romero anunció hoy que las elecciones se realizarán en octubre, con una posible segunda vuelta el 29 de noviembre y con posesión de un nuevo gobierno en diciembre de este año.

El TSE sustentó esta nueva decisión en tres aspectos primordiales, las elecciones fallidas de octubre de 2019 y los factores de conflicto que perduran hasta ahora en el país, el ascenso de contagios Covid-19 y la necesidad de que en Bolivia se lleve adelante una elección técnicamente sólida e imparcial.

Para que se cumpla este último punto, el Tribunal Electoral señala que es necesaria una elevada participación de la ciudadanía que no solo se exprese en el voto, si no también en el "control del voto" por la población y la comunidad internacional, para garantizar resultados transparentes. 

Esto no sería posible, en el escenario de riesgo que se proyecta para septiembre. Pues como en otras partes del mundo, se registraría ausentismo de la población en las urnas, por el peligro de contagio que representan.

Ante esto, es que que Romero explicó que las elecciones en octubre se regirán bajo las mayores medidas de seguridad sanitaria para proteger la salud de los bolivianos.