“Ante la falta de una propuesta alterna a la que plantea el presidente Morales desde el Movimiento Al Socialismo (MAS) y al hecho de que el discursito del No se les ha acabado y el 21-F murió después de la última movilización (en febrero), utilizan todo tipo de cosas”, dijo.

Torrico mencionó que tratan de hacer ver que el problema del campo Incahuasi es gubernamental, cuando es interdepartamental por el espacio regalías e ingresos económicos.

Algunos sectores de la oposición vuelven a insuflar el racismo contra el gobernador Esteban Urquizu y que el Gobierno nacional está contra Chuquisaca, lo que no es así.

Además, las acusaciones sin ningún fundamento de un periodista brasileño en Veja sobre vínculos de los gobiernos progresistas con el narcotráfico sólo están destinadas a denostar.

“Tratan de minar la figura presidencial, por un lado atacan al Gobierno y por otro al Presidente, sin ningún asidero ni pruebas”, apuntó el también exministro de Régimen Interior.

“No es un tema de desestabilizar, no tiene sentido porque ni siquiera están organizados, se andan peleando, el caso mochilas-Leyes (alcalde de Cochabamba) les partió el eje, muestra que ni ellos se soportan. Por lo que no es desestabilizar, es minar la personalidad del Presidente, el apoyo gubernamental y tratar de llegar en mejores condiciones a las elecciones de 2019”, apuntó.

Giro reaccionario

Torrico considera que los opositores Samuel Doria Medina, Tuto Quiroga y Rubén Costas sólo aprovechan la situación “echando agua al jardín porque les falta propuesta y no saben qué hacer”.

Para la analista política Helena Argirakis “hubo un giro reaccionario y militarización de la política exterior estadounidense” con el presidente Donald Trump, y los líderes opositores del país son simples operadores de esa política.

Argirakis recuerda que el exsecretario de Estado de Estados Unidos Rex Tillerson visitó Panamá, Argentina y Colombia con el Jefe del Comando Sur para realinear la política, generando hipótesis de conflictos territoriales y sociales.

En ese contexto, para la politóloga, la difusión de mentiras está en ascenso y los jefes políticos del país son simples articuladores tácticos de los operadores internacionales.