“Vamos a esperar cuál es la decisión que tomen”, dijo la mandataria en una entrevista con la red de televisión Cadena A.

Áñez, candidata de la alianza Juntos, intentó zafar el asunto al principio de las preguntas sobre las elecciones. “Yo estoy abocada a atender las necesidades de la población, estoy para hablar de salud y economía”, afirmó.

“La política la voy a dejar para después, la campaña la voy a dejar para después; tendremos tiempo para hacer referencia a ello”, dijo la mandataria.

Aunque insistió en que “las familias bolivianas no están pensando en este momento en política”, luego se soltó para abordar el asunto, a menos de dos meses de la fecha de la votación.

“Nos preocupa la salud, pero son órganos independientes; el TSE y la Asamblea Legislativa decidieron que vamos a ir a elecciones; vamos a acatar”, afirmó Áñez.

A través de una ley promulgada apenas por la mandataria, sancionada en la Asamblea Legislativa y propuesta por el TSE con el respaldo de la mayoría de las fuerzas políticas y de organismos internacionales, las elecciones fueron fijadas para el 6 de septiembre.

Varias veces, el Gobierno y su alianza electoral pretendieron la postergación de las elecciones con al argumento de la emergencia sanitaria.

Al respecto, el periodista se refirió al presidente del TSE, Salvador Romero, designado vocal por Áñez en la recomposición del Órgano Electoral a finales del año pasado.

La mandataria recordó que es su atribución constitucional nombrar a un vocal del TSE. “Ahora, el trabajo que haga el señor Romero en la institución es algo aparte”, aclaró.

“Soy respetuosa de la independencia de los poderes”, insistió.

Romero está ahora presionado por una demanda, entre otras, de la alianza Creemos, que postula al excívico cruceño Luis Fernando Camacho, que exige la anulación de la personería jurídica del Movimiento Al Socialismo (MAS), a cuyo candidato presidencial, Luis Arce, acusando de haber violado la ley al presuntamente comentar encuestas fuero de los plazos legales.