Estas preguntas surgen porque en los países que han realizado las elecciones en medio de la pandemia del Covid-19, lo que a ganado es la abstención; muchos de los ciudadanos no acudieron a votar por temor contagiarse con el virus. En las municipales de Francia hubo una abstención del 58% del electorado; en España, en la Región del País Vasco, la ausencia de electores rondó el 58%; en cambio en Polonia el 70 % del electorado acudió a ejercer su derecho al voto. 

Las elecciones pierden su finalidad cuando la mayoría del patrón electoral no acude a elegir a sus gobernantes, entonces solo se convierte en una fachada electoral para validar una supuesta democracia, siendo la misma altamente perjudicada; sin embargo, los ganadores son los partidos políticos que les conviene que la gente no vote, porque pueden mover su maquinaria partidista para que salgan a votar sus militantes más fieles, pero no gozan de la popularidad de los ciudadanos, y también gana el gobierno de turno que tiene mayor ventaja porque maneja el poder para lograr una mayor participación de sus partidarios.

Por ello, insisto, no es asertivo realizar las elecciones este año porque la abstención sería la ganadora y, si alguien dice que no se puede, entonces les recuerdo el caso de Perú donde el Presidente Vizcarra suspendió las elecciones hasta 2021 siendo aceptado por todas las fuerzas políticas y en Chile que estaba programado el referendo de la constitución producto de las protestas sociales del 2019 fue suspendido hasta nuevo aviso siendo apoyado por las fuerzas políticas y la sociedad civil, si ellos pudieron llegar a dicho acuerdo en Bolivia sobran razones para impulsarlo.