Medio: Nuevo Sur
Fecha de la publicación: martes 14 de julio de 2020
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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En ese sentido, no existe hasta la fecha una auditoría al Padrón Electoral y tampoco se dieron explicaciones sobre el procedimiento técnico para su depuración, en otras palabras se quieren realizar las elecciones, con el mismo Registro de Electores con el que los anteriores funcionarios hicieron el escandaloso fraude del 20 de Octubre de 2019. Es necesario recordar que el Padrón Electoral es cuestionado, porque fue elaborado por la empresa argentina NEC, asociada con la famosa Smarmatic de Venezuela, esta última tenía la confianza del dictador Hugo Chávez y fue su tecnología la que utilizó Nicolás Maduro para orquestar el fraude, que mantiene a Venezuela a la crisis política que la agobia. La tecnología biométrica se adjudicó mediante contratación directa, como era una costumbre durante el anterior gobierno, con el argumento de transparentar los procesos electorales, sobre los que ya por entonces habían denuncias de irregularidades en la inscripción de electores y con el nuevo Sistema, lejos de disipar los cuestionamientos, lo que hicieron fue montar una ingeniería del fraude, cuyo diseño venezolano lleva el sello del Socialismo del Siglo XXI y es la base tecnológica con la que pretenden llevarnos a los comicios en septiembre. Las susceptibilidades se reflejan en varias denuncias y exigencias de que sean también revisados los actos a desarrollarse en el exterior, sobre todo en la Argentina donde en algunas mesas el número de votos sobrepasó al número de inscritos, además se tiene que cruzar la información con el Registro Civil y separar de sus cargos a los funcionarios que en las pasadas elecciones operaron cometiendo o permitiendo las irregularidades. Lamentablemente todo parece estar intacto y esto se agrava porque durante meses el Tribunal Supremo Electoral, soslayó su obligación de interponer una demanda contra sus predecesores, al extremo de que solo lo hicieron cuando la presión social era demasiado fuerte y casualmente fue al mismo tiempo, en que los vocales concertaban la fecha de las elecciones con el M.A.S y Comunidad Ciudadana. El tema de fondo no es cuando se realizan los comicios, lo que está en duda es la trasparencia que vaya a tener el sufragio, no fue reestructurado el Órgano Electoral solamente para tener nuevos vocales, la crisis política que desencadenó el fraude, exige que el Sistema Electoral tenga los ajustes que sean necesarios, para que existan garantías suficientes de imparcialidad y respeto a la voluntad popular. La posibilidad de que se cuestionen los resultados es preocupante, diera la impresión de que algunos vocales piensan que nos encontramos en circunstancias normales, parecen no comprender las contradicciones que siguen latentes, necesitamos señales que den confianza, es preciso volver a creer en algunas instituciones, por eso el desafío es tan grande y resultan tan importantes los asuntos técnicos y administrativos, ya que no existe democracia sin autoridades legítimas y tampoco legitimidad, sí los ciudadanos tienen dudas respecto a los comicios, pues cada voto representa el ejercicio de un derecho y una voluntad, que merecen ser reflejados genuinamente en el resultado.