A propósito de esta forma de expresión, ciertamente no ha habido una adecuada lectura de lo que ocurre en Chuquisaca desde hace muchos años y resulta que el gigante dormido ha despertado por una causa justa, pero su reacción ha sido exagerada en contra de los propios chuquisaqueños. Una especie de harakiri, ritual japonés para salvar el honor.

La causa ha sido Incahuasi y la forma de solucionar un problema que no ha hecho otra cosa que enfrentar a dos departamentos, en lugar de buscarse una solución equitativa que no perjudique a ninguno, posible si se actuara con imparcialidad y sin las aberraciones jurídicas denunciadas.

Así como se ha tenido que recurrir a “La Haya” en busca de un tribunal imparcial que escuche los argumentos históricos en el tema del mar, se debería haber encontrado una “Haya” nacional que haga lo mismo, revisando además todos los errores cometidos en la legislación. Sobre razones, sobre documentos y realidades, tendría que haber sido posible encontrar una fórmula alejada de intereses políticos, en lugar de inclinarse por dar el cien por cien de razón al más fuerte. Esa no es ley de los humanos, es ley de la selva. Indigna, además, que se repita con tanta insistencia que el gobierno ha hecho creer ilusiones a los chuquisaqueños, como si fuéramos imbéciles.

Una “adecuada lectura” de la realidad chuquisaqueña es la reacción generalizada en contra del estado actual de Sucre y de Chuquisaca. Años y años de postergación y de rencor acumulado y disimulado, explotan por el tema de Incahuasi, cuando hay otras razones. Se construye un aeropuerto “internacional” incompleto y cada año, en ocasión de la efeméride departamental, se entregan detalles que son parte de ese aeropuerto que debería haberse entregado completo. Así se “regalan” puertas corredizas, se ofrece ascensor, escalera mecánica, cinta transportadora deA propósito de ese camino, que une siete de las nueve provincias chuquisaqueñas, están más cerca de Santa Cruz que de Sucre. En efecto, las más ricas como Hernando Siles y Luis Calvo, tienen ya asfaltado el tramo hacia Muyupampa y avanzado el túnel precisamente por Incahuasi para empalmar con Ipati; es decir, con el oriente boliviano. Mientras se mantenga como está el tramo entre Monteagudo y El Salto, nuestras provincias seguirán lejos. Por otra parte, se han iniciado vuelos de Monteagudo a Santa Cruz y no hacia Sucre.

Obviamente que toda vinculación es buena y hay que destacar lo que se haga en ese sentido, pero debería ser importante tomar en cuenta también el desarrollo armónico entre regiones y el concepto de integración.

Esa, es una “adecuada lectura” de la realidad chuquisaqueña y esas son las causas para que haya despertado el gigante. Incahuasi es ciertamente un motivo, pero no el único.