Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: viernes 17 de noviembre de 2017
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Acoso y violencia política
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El Tribunal Constitucional que tenemos
viernes, 17 de noviembre de 2017
Ahí apareció la verdadera cara del Tribunal Constitucional, que ha salido nada menos que declarando inconstitucionales los derechos conyugales de personas trans y bisexuales. Por supuesto, no queda claro cuáles son los artículos de la Constitución en que se basa semejante declaración del Tribunal; lo que queda claro es la mentalidad primitivamente patriarcal de nuestros tribunos (y que huele a religiosidad trasnochada), así como su desconocimiento de la realidad social.
No sólo niegan los derechos humanos elementales de dichas personas (el
derecho a cambiar de sexo y el derecho a emparejarse libremente), ¡sino
que además expresan su preocupación ante la posibilidad de que dichas
parejas pudieran adoptar niños o niñas, y que por esa vía acaben
desvirtuando la calidad de la familia…!
¿En qué país viven nuestros tribunos? ¿Conocen algún caso de niño o
niña adoptado/a que esté sufriendo alguna consecuencia por la
peculiaridad de género de sus padres/madres adoptivas?
¿Ignoran que una mujer sola puede legalmente adoptar? ¿De veras creen que una pareja clásica garantiza la felicidad de sus hijos e hijas, ya sean biológicos/as o adoptivos/as? ¿Piensan realmente que la calidad de nuestras familias tradicionales garantiza el bienestar y el buen desarrollo de su prole? ¿No se han enterado de los alarmantes índices de violencia familiar que presenta nuestra sociedad? ¿Creen que la creciente proporción de feminicidios es algo normal?
Según nuestros tribunos ¿qué hacen o podrían hacer los hijos e hijas
de dichas parejas trágicamente desaparecidas? ¿Irse a un hogar a sufrir
la más profunda soledad personal, cuando no a exponerse a violaciones y
otros abusos?
No es que nos sorprenda -hace tiempo está claro el deprimente nivel de
nuestras autoridades judiciales-, pero no deja de indignarnos comprobar
que estamos en manos de gente que desconoce la realidad social y humana
de su propio país. Si la conocieran se alegrarían de que las nuevas
parejas trans se animen a adoptar a algunos de esos millares de niños y
niñas que vegetan en los numerosos hogares que hay en el país -la mayor
parte atestados, sin personal suficiente ni adecuado para atender a una
masa de niñas y niños abandonados, y que lo único que aseguran es la
multiplicación de ciudadanos asociales y frustrados.
De verdad seguimos extrañando a don Gualberto Cusi que por lo menos
leía en coca los problemas de la sociedad -una forma de sabiduría
cultural- y no se dejaba llevar por criterios conservadores, beatos y
obsoletos; y que, además, era un tribuno que se daba el lujo de pensar y
no se limitaba a obedecer criterios ajenos (y muchas veces absurdos).
Y es precisamente ese Tribunal Constitucional el que se prepara a
responder a la famosa “demanda de inconstitucionalidad abstracta” que
gratuitamente le otorga a dicho Tribunal la potestad de cambiar la
Constitución en lo referente a la elección indefinida del binomio
presidencial... En principio cabría pensar que si alguien tiene claridad
sobre el alcance de sus atribuciones es precisamente el mencionado
Tribunal Constitucional (que está ahí para impedir que nadie viole el
texto constitucional; no para violarlo él mismo); pero después de esta
determinación que comentamos nos queda claro que de este Tribunal no hay
nada que esperar… ¡Ni del que viene como resultado de las próximas
elecciones judiciales, eso es lo más triste!
Rafael Puente es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabam