Pero no es suficiente hacer denuncias abstractas, sino que fueron comprobadas por autoridades del gobierno que van sacando pañuelos de manera interminable de un saco, así como culebras, alacranes, salamandras y otras especies virulentas.

Para el efecto, el Ministerio de Economía confirmó que el avión presidencial OO1, que costó al pueblo boliviano nada menos que ¡30 millones de dólares! solo sirvió para turismo oficial de placer y no trajo el menor beneficio para el pueblo boliviano que financió el goce de las “delicias” del poder de los dos gobernantes y sus relaciones personales.

El avión presidencial realizó 143 vuelos internacionales, de los cuales 18 fueron a Estados Unidos, 16 a Venezuela, 14 a Cuba, 14 a Argentina y otros a Rusia, Austria, el Vaticano, China, Francia, África, etc. Inclusive el avión 001 hizo en 2017 un vuelo a Punta Cana, República Dominicana, para ir a una supuesta cumbre de mandatarios, llevando como acompañante a la señora Hermosa Gutiérrez, jefa del gabinete presidencial, más amigos y “hermanos”. No se proporcionó aún el costo de esas giras de turismo y placer, a título de “misiones oficiales”. Tampoco se sabe de gastos por combustible, viáticos, pago a hoteles y otros.

Para cerrar con broche de oro esta época de derroche del socialismo-comunitario, el vicepresidente Álvaro García Linera también tenía su avión del Estado, que costó 6 millones de dólares al pueblo boliviano.

Mientras la nave cruzaba los cielos y daba la vuelta al mundo, el sabihondo ministro de Economía, Luis Arce Catacora, (candidato presidencial de Evo Morales), tiraba la casa por la ventana. En efecto, dejó vacío el Tesoro General de la Nación y como ya no tenía plata se apoderó de los fondos de las empresas públicas. Así creó un déficit fiscal de 18 mil millones de bolivianos y dejó a los trabajadores sin ahorros, problema que, con el anterior, heredó el gobierno provisional.

Otra perla. La Asamblea Plurinacional, que no tiene noción de espacio ni tiempo, no aprueba dos créditos, uno del Banco Mundial y otro del FMI para combatir al Covid-19, mientras que entre los años 2010-2019 aprobó créditos por 10 mil millones de dólares que, en parte, sirvieron para corrupción y el saldo para industrias fantasmas (Bulo Bulo, empresa del litio, Casa del pueblo, fracasos de YPFB, entre otras decenas).

Ahora, perdido el goce ilimitado de las delicias del poder, los artífices de esa corrupción añoran, con lágrimas en los ojos, retornar al poder, tanto por ambición personal como para volver a sus negociados.