Medio: El Día
Fecha de la publicación: jueves 21 de mayo de 2020
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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Cuando el poder es ejercido sin la mirada atenta de otros actores políticos que aplican contrapeso; cuando no se respetan las reglas y procedimientos del funcionamiento del Estado; cuando no hay fiscalización en los gastos y las compras que se hacen; cuando los nombramientos se hacen sin criterio técnico, moral ni profesional; cuando las cosas se hacen por instinto político, sin acatar las normas básicas de la administración, el resultado va a ser siempre el mismo: un gobierno corrupto, ineficiente y dispendioso.
Evo Morales no se metió en los bolsillos toda esa plata que no aparece y que nadie ha justificado. Tampoco se gastó todo en aviones, lujos y palacios y no sólo se invirtió el dinero en canchitas y en coliseos perdidos en el Altiplano o en el monte. Muchas de sus obras estaban plenamente justificadas, como pasa con los respiradores que se adquirieron recientemente. Es más, si se hacen cálculos, debe ser relativamente ínfima la cantidad de dinero que (literalmente) se robaron, en comparación con el daño económico causado por ejecutar obras sin CONTROL, es decir, sin planificar, sin supervisar, sin rendir cuentas, sin licitar, sin cumplir con los requisitos legales, sin justificar técnicamente los proyectos, sin respetar los pasos fijados por norma para hacer las cosas en el sector público, cuya razón de ser es solucionar problemas reales de la gente, al menor costo posible.
Cuando las personas, los funcionarios o cualquier individuo, por más honorable que pueda ser, actúa sin CONTROL, inmediatamente tiende a cometer a abusos y en poco tiempo se volverá un ladrón de siete leguas, insaciable y muy diestro para cometer sus fechorías.
Tampoco sirve que se actúe con posterioridad, cuando los medios de comunicación y las redes sociales son los encargados de denunciar y exigir que se investigue y que se castigue a los culpables. El daño ya está hecho, se ha perdido tiempo valioso y los recursos robados jamás se recuperan. No ganamos nada con tener a un funcionario preso, cuando hay cientos y tal vez miles de ellos actuando por su cuenta, robando a manos llenas y dejando en ridículo a líderes que se llenan la boca con promesas de transparencia y honestidad.
Si no conformamos gobiernos profesionales, competitivos, respetuosos de las normas y bien CONTROLADOS, otra vez volveremos a perder la democracia. Y si se trata de escoger entre dos regímenes corruptos, no hay duda que el mejor es el de Evo Morales, pues al menos era más democrático. No sólo permitía que todos saquen su parte, sino que convirtió el robo en su filosofía, para no seguir con la misma hipocresía de siempre.
El daño ya está hecho, se ha perdido tiempo valioso y los recursos robados jamás se recuperan. No ganamos nada con tener a un funcionario preso, cuando hay cientos y tal vez miles de ellos actuando por su cuenta, robando a manos llenas y dejando en ridículo a líderes que se llenan la boca con promesas de transparencia y honestidad.