Medio: El Día
Fecha de la publicación: domingo 29 de marzo de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Para los analistas políticos Carlos Cordero Carrafa y Vladimir Medina, la decisión del TSE de suspender el proceso electoral, que estaba fijado para el domingo 3 de mayo, es lo más acertado. En ese ámbito, los expertos prevén que determinar un nuevo calendario recaerá en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y políticamente estará a merced de la decisión de la mayoría de los dos tercios de los asambleístas del Movimiento Al Socialismo (MAS).
“Necesariamente cuando hablamos que la Asamblea Legislativa va a definir la fecha estamos diciendo que el MAS tiene en sus manos esa decisión, independientemente de la presión y los condicionamientos que vayan a darse”, precisa Cordero.
Medina, a pesar de esa situación, la postergación conflictuará una decisión final de la fecha, incluso supeditada al comportamiento de la emergencia sanitaria, por hoy todavía con tendencias imprevisibles.
“La emergencia (sanitaria) ha complicado y deja en adelante toda una incertidumbre. El coronavirus ha modificado el contexto político y en adelante tendrá efectos dispares de esta realidad. Si bien el MAS tendrá la decisión de fijar una fecha, pero eso dependerá de cuán viable será políticamente para ellos mismo y el consenso para todos”, argumenta Medina.
Salvador Romero, presidente del TSE, remitió la pasada semana un proyecto de Ley de modificación para determinar una fecha electoral ante la ALP, con tres elementos. Entre ellos, propone un rango de fechas entre el domingo 7 de junio y 6 de septiembre de este año. “Dentro ese lapso, el TSE definirá una fecha para la votación, a partir de consideraciones técnicas, de valores científicas provenientes de estimaciones serias sobre la probable evolución de la pandemia”, señaló.
De cal y arena. Ambos analistas coinciden que la simple postergación conlleva, políticamente: beneficios y perjuicios para los actuales candidatos. Por un lado, dejar sin efecto la fecha del 3 de mayo, enteramente por cuestiones de la emergencia sanitaria que vive el país, beneficia a la actual presidenta Jeanine Añez que es una de las principales postulantes con la sigla Juntos; en tanto el gran perjudicado viene a ser Carlos Mesa y el propio MAS con candidato Luis Arce Catacora, los que en la tendencia previa de las encuestas se muestran como potenciales ganadores.
“Por un lado está la lectura el alargar el mandato beneficiaria a quien está en el poder, donde los que pierden serán directamente Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho. Bajo esa figura, el momento post coronavirus permitirá reconfigurar la polarización electoral entre una Añez en el poder y el MAS que aún seguirá manteniendo su caudal de votante”, prevé Medina.
En un momento cuando la pandemia nos llega en un momento de mayor propagación del virus, a cuyo efecto el gobierno y los partidos políticos han dejado en segundo plano el proceso electoral, tendrá efectos contraproducentes respectos al MAS señala Cordero, dado que la actual coyuntura donde faltan hospitales, condiciones básicas para atenuar el coronavirus, lo apunta a esos 14 años del gobierno de Evo Morales y MAS.
“En ese ámbito, la candidata más beneficiada es Jeanine, dado que ella está en el poder, tiene la agenda país en sus manos y una postergación incluso les amplía su permanencia. Obviamente, electoralmente, eso se verá luego de esta contingencia. En cambio el MAS, mientras más lejos esté del poder irá perdiendo apoyo”, asegura Cordero.
Medina, políticamente el post cuarentena del coronavirus, tiene muchos desafíos por afrontar, por lo que es imprevisible no necesariamente puede ser favorable para la actual presidenta que es candidata. “No nos olvidemos, el 'post cuarentena', será muy complicado afrontar, con un país casi al borde de la recesión económica, lo cual puede resultar muy perjudicial para la actual administración, por la pérdida de capital político que puede significar si la situación es inmanejable”.
En cambio para el MAS, argumenta Medina la postergación que implicará de la voluntad política del MAS y de su manejo político, puede tener la opción de ver cómo este gobierno encara los múltiples problemas ‘post cuarentena’. “Es casi seguro que el día después va a ser terrible, en el ajedrez político, el MAS sigue siendo relevante, porque aún goza de una cierta estructura política. Más aún, estratégicamente si el cambio de gobierno se determina para el 22 de enero de 2021, el MAS estaría ratificando la vigencia del Estado Plurinacional”, finaliza, Medina.