Medio: El Día
Fecha de la publicación: domingo 22 de marzo de 2020
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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La naturaleza del MAS lo obliga a mantener contacto permanente con sus bases, con los bastiones que protege como verdaderas fortalezas, con los movimientos sociales y otros grupos a los que Evo Morales visitaba constantemente en sus aviones y helicópteros, 24 horas al día.
La imagen pública de Morales y de todo lo que hace alusión al anterior gobierno está muy deteriorada. El MAS no puede aparecer campante en los medios de comunicación o en las redes sociales, porque se expone al rechazo de la población y a las ácidas críticas que suelen propalar los internautas con suma facilidad. Su única alternativa es seguir con el ritmo de las concentraciones y las movilizaciones, algo que no sólo es inviable, sino extremadamente peligroso. Esta situación se torna más perjudicial para los azules, en la medida en que la crisis se prolongue y la cuarentena se acentúe en caso de que no ceda la propagación de la peste.
Esta pandemia es lo peor que lo puede haber pasado a la humanidad. Nadie en su sano juicio hubiera pronosticado una tragedia tan grande, pero lamentablemente está ocurriendo y nos obliga a extremar los esfuerzos para contenerla, así sea relegando otros aspectos de la vida del país, en bien de la protección sanitaria de todos. A nadie le gusta estar encerrado, nadie quiere perder su trabajo o enfrentar pérdidas cuantiosas, pero es mejor asumir los sacrificios ahora, que enfrentar consecuencias peores, como está sucediendo con naciones que no actuaron a tiempo.
No hay culpables por lo que está pasando, así los dirigentes del MAS digan que todo es un invento de la derecha y del imperialismo. Como todos, ellos tienen la obligación de acogerse a las medidas de seguridad y apoyarlas porque se trata de indicaciones recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y no por un gobierno en especial. Sin embargo, por lo que se observa en el Alto, en el Chapare y otras regiones dominadas por el masismo, la impertinencia es la que domina y la angurria por el control de esas zonas los lleva a adoptar conductas suicidas y a la vez atentatorias contra la salud pública.
Esta actitud del MAS, como muchas otras, obedece a una sola consigna que viene desde Buenos Aires y llega con el sello de Evo Morales, quien recientemente manifestó su rechazo tenaz a la postergación de las elecciones del 3 de mayo. Su argumento es tan falaz como ridículo, pues asegura que cuando se realiza una votación nacional no se producen aglomeraciones y por lo tanto no hay riesgo de contagio.
Por lo que se observa en el Alto, en el Chapare y otras regiones dominadas por el masismo, la impertinencia es la que domina y la angurria por el control de esas zonas los lleva a adoptar conductas suicidas y a la vez atentatorias contra la salud pública.