Comenzó el entrevistado afirmando que él siguió siendo presidente, hasta que le aceptaron su renuncia, en el Órgano Legislativo bajo control mayoritario de su partido político, desconociendo que él renuncio a la presidencia del Estado e hizo abandono de sus funciones y del país buscando refugio en otro, lo que importa que la aceptación a su renuncia no era necesaria. Este falaz argumento lleva a Evo Morales a calificar al actual gobierno de dictadura, olvidando lo que dispone la Constitución Política del Estado sobre la sucesión presidencial, situación que llevó a la actual presidente a asumir esa función, precisamente por mandato constitucional.

Tal falacia dijo el entrevistado que fue argumentada por un grupo de abogados, entre los que se encontraba el español Baltazar Garzón, conocido por sus “desplantes” de enjuiciar en España a ciudadanos de otras nacionalidades, como si se estuviera en tiempos de la colonia española. Esta vez Morales Ayma olvidó que él se declaró “anti colonialista”, pero ahora se ampara en un colonizador jurídico.

Otro argumento del refugiado ex presidente, es del imaginario “golpe de Estado” contra su régimen, esta vez desconociendo que su tercer mandato era “inconstitucional”, pues la Constitución determina únicamente dos periodos seguidos, además ignora lo que es un “golpe de Estado”, pues no ha leído a Curzio Malaparte, autor del libro: “El golpe de Estado en la Historia”, que es un clásico sobre este tema.

En la complaciente entrevista televisiva para el ex dictador, éste reclamó por la democracia y el estado de derecho en el país, cuando en su largo ejercicio del poder fueron vulnerados los principios democráticos, el estado de derecho y los derechos humanos de los ciudadanos, que durante casi catorce años vivieron sometidos a un régimen de gobierno autoritario y hegemónico, que controló todos los órganos del Estado y aun las actividades privadas, pues no se permitía ninguna disidencia que afecte esa hegemonía de poder. Miles de ciudadanos buscaron refugio en otros países, algunas autoridades regionales elegidas por el voto ciudadano fueron encarcelados unos y tuvieron que buscar refugio otros; todos los actos electorales fueron fraudulentos; la corrupción y despilfarro de recursos públicos fue la nota del régimen populista; cien muertos por motivos políticos fue el resultado de sus políticas de persecución y amedrentamiento.

También se explayó el entrevistado reclamando sobre por qué se echó del país a cientos de cubanos que a título de médicos (éstos eran solo un tercio) percibían elevados emolumentos, adicionales a vivienda, pasajes etc., aunque la mayor parte de esos recursos iba al tesoro público del régimen cubano.

Escuchar al ex dictador demandar por democracia, resulta un insulto a la inteligencia del pueblo, pues su largo régimen fue todo, menos democrático. Nos dejó su gobierno una pesada “mala herencia”, pues las cifras económicas están en rojo, con elevado déficit fiscal, de la balanza de pagos, elevada deuda externa e interna, reservas enflaquecidas, abultado gasto corriente. Además de una división social estimulada por un indigenismo racista, que nos ve a los no indígenas como sus enemigos, discriminadores, expoliadores de su propiedad, todo es producto de una política de odio, división y enfrentamiento de catorce años.

La todavía presencia política del populismo enturbia el retorno a la democracia, la paz y tranquilidad social, para desarrollarnos en la era del conocimiento y la revolución tecnológica.