Este es un momento que requiere la unidad y la colaboración de todo el país, no es tiempo para reyertas políticas. La campaña ya está en cuarentena y los partidos han cancelado varios actos electorales. Ante este escenario incierto, es poco razonable celebrarla con estas medidas de restricción y confinamiento. Aplazar las elecciones no beneficia ni a la izquierda ni a la derecha, quienes deberían analizar si pueden o no anhelar una victoria electoral con una alta abstención. Su triunfo se fraguaría bajo la sombra de la ilegitimidad. Solo se puede votar si tenemos el 100 % de garantías de que los bolivianos votaran sin temores y con toda seguridad, incluidos quienes estén en las mesas electorales.
En la historia de nuestra democracia ha habido momentos de gran zozobra, cada líder se enfrentó a un reto decisivo. Saber mandar, no dudar ante el dilema, transmitir confianza en medio de la adversidad, en eso consiste dar la talla como gobernante. La pandemia demostrará si Añez tiene o no madera de líder. Será el momento de juzgarla.